River está en una nueva final. Aunque sufrió cerca del cierre, superó 2-0 a Estudiantes (Caseros) y jugará la instancia decisiva de la Copa Argentina 2019 contra el sorpresivo Central Córdoba (Santiago del Estero). Javier Pinola y Exequiel Palacios marcaron los tantos del triunfo en el estadio Mario Alberto Kempes, de Córdoba.

 

Pese a que no mostró una versión futbolística que le ofreciera tranquilidad, River sí creció en un aspecto fundamental que terminó siendo clave: la pelota parada. No sólo abrió la cuenta a través de ese recurso con un envío de Nicolás De La Cruz que Lucas Martínez Quarta le sirvió en bandeja a Pinola, sino que además lo utilizó para definir el partido cuando Gonzalo Montiel rechazó un córner y Juan Fernando Quintero abasteció a Palacios para que resolviera sin nadie en el arco rival.

 

¿Qué le faltó al Millonario? Lucidez en ataque, así como también velocidad y capacidad para romper a la hora de vulnerar la última línea del Pincha. La excepción fue De La Cruz, figura por haber forzado el tiro de esquina en el 1-0 parcial y agregarle un cierre indispensable a la defensa cuando Diego Figueroa se preparaba para quedar mano a mano con Franco Armani. El uruguayo se las ingenió para provocar infracciones y aportar la dosis necesaria de aceleración.

 

La noche fue tranquila atrás porque Martínez Quarta y Pinola se entendieron muy bien para retroceder y cerrar, pero una jugada polémica podría haberle dado el 1-1 sobre el epílogo a Estudiantes: un disparo de Figueroa causó un rebote de Armani, lento para reponerse. El árbitro Mauro Vigliano vio falta en la secuencia que culminaba en gol.

 

Lejos de brillar y con falencias para destruir un cerrojo del adversario, River obtuvo el pase a la final sin exhibir un funcionamiento ofensivo que causara entusiasmo pensando en el duelo de la Libertadores ante Flamengo. Aun así, consiguió su meta y cerrará el año con dos partidos apasionantes para ir en búsqueda de engrosar sus vitrinas.