Rojas destacó al Muñeco como una fortaleza de River para soñar con levantar la Copa Libertadores. Además, habló de su salida en el año 2015, los motivos del regreso a Núñez y un posible retiro vistiendo el manto sagrado.

Unos minutos de charla alcanzan para entender de punta a punta una frase de Marcelo Gallardo, a mediados de marzo. “Es inteligente para jugar, ordenado, le gusta el fútbol y vive para el fútbol”, resaltó el Muñeco sobre Ariel Rojas. Y durante un mano a mano en el predio de Ezeiza, La Página Millonaria comprueba que de ninguna manera hubo exageración. El Chino observa el suelo con mucha concentración, pensando cada palabra, cada respuesta, involucrado cuando la pregunta se refiere estrictamente al juego, ese asunto que muchas veces parece secundario entre tantas horas de aire, en vez de ser tema central de análisis. Mueve los dedos, mira el cuaderno con las consultas anotadas por el periodista y, aunque la conversación se extiende más que lo esperado, no se apura, contesta con la lucidez con la que piensa en el verde césped, donde el DT lo considera una pieza clave en partidos decisivos. El volante, lejos de hacer una devolución de gentilezas, elogia a Napoleón: “La inteligencia de Marcelo es una de las armas que tenemos”.

-¿Qué análisis de este presente de River?

-El presente creo que es bueno porque se están consiguiendo los objetivos que teníamos para este mes, llegar a semifinales de la Copa. En el torneo estamos empezando, en una situación expectante. Sabemos que tenemos que seguir mejorando, pero el presente es bueno y favorable para terminar el año cumpliendo los objetivos que nos propusimos.

-¿Es posible dar pelea hasta el final en todos los frentes al mismo tiempo?

-Es lo que intentamos hacer siempre. Creo que buscamos ser protagonistas en cada torneo que nos toca jugar porque así lo demanda esta camiseta, este club, entonces nosotros nos mentalizamos para eso. Ojalá que podamos hacerlo, creo que estamos bien posicionados para llegar a fin de año tratando de cumplir los objetivos. El torneo nos da un parate en el medio, así que tenemos que tratar de mantenernos arriba hasta que termine la primera mitad. Ojalá podamos cumplir el objetivo en la Copa Libertadores y la Copa Argentina.

-¿Qué evaluación hacés de Lanús como rival?

-Sabemos cómo se maneja Lanús, sabemos cómo viene trabajando desde hace un tiempo y a qué juega. Cuando roba la pelota, es vertical, trata de atacar por los costados y terminar con Sand. Tiene buen manejo de pelota en el medio, entonces es un rival duro, como todo equipo argentino cuando te toca jugar en instancias decisivas. Nosotros trataremos de llegar bien a ese enfrentamiento, sabemos que estos partidos tienen un sabor especial e intentaremos afrontarlo de esa manera.

-Contra Guaraní y Wilstermann les tocó definir en el Monumental, ahora va a ser en Lanús, ¿es mejor o peor? ¿Cambia en algo?

-No, creo que siempre depende de cómo salga el primer partido. Nos tocó el golpe duro con Wilstermann allá y fue necesario cerrar en casa porque venía bien, con la gente y el apoyo sabíamos que lo podíamos dar vuelta. A veces depende de cómo salga el primer partido, ojalá que podamos conseguir la ventaja necesaria en nuestra cancha para que en Lanús podamos hacer un partido inteligente y que eso nos deposite en la final. Pero no cambia mucho en lo que respecta a nuestra idea y nuestro juego, eso no va a cambiar.

-Durante las últimas horas se descalificó a Wilstermann, se lo trató de “equipo amateur”, pero la realidad indica que cuando River perdió 3-0 en Bolivia parecía muy difícil revertir la serie, ¿cuál fue el mensaje de Gallardo para salir con confianza y hacer un partido brillante?

-Primero quiero aclarar algo: todo lo que se habló de Wilstermann previo al partido y después del partido, no fuimos nosotros. Siempre tratamos de respetarlo, tanto cuando fuimos a jugar a Bolivia como cuando jugamos en el Monumental. Ellos plantearon un partido inteligente allá, supieron aprovechar, fueron prácticos y después del partido allá el mensaje de Marcelo sentía que en el Monumental podíamos darlo vuelta, más allá de la bronca por el 0-3. Se generó un clima a través de su mensaje y en la gente de que se podía dar vuelta. Nosotros también lo sentimos de esa manera e hizo que cuando el equipo entró a la cancha estuviera muy mentalizado y concentrado en lo que tenía que hacer. Creo que por eso se pudo dar vuelta. Después el 8-0 fue una consecuencia de no haber bajado el acelerador en ningún momento, de saber que no podíamos porque hasta en el 4-0 un gol de ellos nos obligaba a hacer otro más. Teníamos que seguir y tuvimos la contundencia necesaria.

-¿El mensaje era de hacer cinco goles o un 3-0 y a penales? ¿Había un objetivo puntual?

-No, obviamente no queríamos ir a penales. La intención era ganar el partido y cerrar la serie ahí, sin ir a penales. Cuando entramos 4-0 al entretiempo, fuimos lo suficientemente cautos para no pensar que el partido estaba terminado. Salimos y, por suerte, llegó rápido ese quinto gol que nos dio la tranquilidad de saber que el rival tenía que hacer dos goles y, por cómo se estaba dando el partido, eso iba a ser muy difícil. Creo que el equipo mostró una mentalidad que es la que debe mostrar de acá hasta el final y cada vez que afronta un partido o un torneo de esa magnitud.

-¿Encontrás alguna similitud entre este River y el que ganó varias copas en la temporada 2014/15?

-No, no me pongo a comparar los equipos. Por características naturales de los jugadores, creo que son distintos. Ese equipo, en su momento, también supo adaptarse a distintas situaciones que nos tocó pasar en el 2014 y, por momentos, no jugaba tan bien, pero te ganaba igual. Este equipo va por ese camino, creo que en los partidos difíciles está mostrando que se hace presente y ojalá que lo pueda hacer en semifinales para llegar a la final.

-¿Cuál sentís que es la mayor fortaleza de River y en qué creés que puede evolucionar?

-Creo que la inteligencia de Marcelo es una de las armas que tenemos para afrontar lo que resta de la Copa y de este semestre. Después creo que tenemos jugadores de jerarquía y de calidad. Sabemos que no hemos sido del todo regulares en el funcionamiento a lo largo de este semestre, pero eso es lo más difícil, encontrar una regularidad. Ojalá que en este final podamos hacernos fuertes, el 8-0 fue una muestra interesante. Ojalá que nos podamos aferrar a eso y seguir mejorando en base a la idea de Marcelo.

-Recién hablabas de la inteligencia de Marcelo, ¿cómo logra semejante versatilidad en lo táctico para que los volantes se adapten a diversos puestos y haya un buen funcionamiento?

-Primero, obviamente, tenés que tener jugadores que se puedan adaptar a las distintas funciones o lugares en el campo donde el técnico lo requiere. Primero necesitás de los jugadores para hacer eso y después el técnico va viendo si es lo más conveniente para el partido que nos toca afrontar. Es un trabajo que nosotros hacemos siempre en la semana, intentando, probando, viendo dónde se siente más cómodo cada uno. Después, a la hora de los partidos y necesitar las variantes, los jugadores ya saben lo que pretende el técnico, de acuerdo al sistema que usa.

-En ese contexto, ¿cuáles son tus funciones? ¿Qué te pide el técnico?

-El otro día, por ejemplo, jugamos con una línea de tres y, sin embargo, a veces me encontraba un poco afuera, a veces un poco adentro. Era más bien tratar de hacer una sociedad con el Pity (Martínez). Por lo general, siempre mi función es la de tener un pase claro para empezar a conectar a los volantes ofensivos, a los delanteros nuestros, tratar de que podamos tener una conexión más limpia. Después, a la hora del retroceso o de la presión, tengo que tratar de ayudar a Leo (Ponzio) en el medio para presionar, cuando es necesario presionar arriba, o si no, retroceder cuando rompe la línea el rival y nos están atacando.

-En el año 2014, este cuerpo técnico buscaba que tuvieras mayor llegada al gol, como por ejemplo ocurría en Godoy Cruz, que pisaras el área, ¿forma parte del pedido de hoy o ya está más lejano?

-No, siempre está. A veces, de acuerdo al partido y las circunstancias, cuando jugás con más volantes, es más necesario que cuando jugás con tantos delanteros, porque dejamos el medio un poco más vacío. Pero sí, siempre está el pedido de que los volantes lleguemos y ocupemos espacios en el área, que quizás a veces no son espacios que los aprovecha uno, sino que deja el espacio para que pueda aprovechar un compañero.

-Con respecto a tu etapa anterior en el fútbol argentino, ¿notás algún cambio en cuanto al juego?

-Hay técnicos más jóvenes que están intentando hacer el juego un poco más por abajo, tratar de salir jugando y de presionar. Pero, por lo general, el fútbol tiene las características de ser fuerte, donde hay fricción y son pocos los equipos que te dejan jugar muy tranquilo, entonces en el aspecto general por ahí no cambió tanto.

-¿Por qué no lograste consolidarte definitivamente en México vistiendo la camiseta de Cruz Azul?

-No sé, a veces trato de pensarlo y otras veces, no, porque creo que ya pasó. Es un fútbol distinto. Las posiciones en las que fui jugando no eran las más convenientes para mí, para desarrollar lo que yo sé hacer. Entonces, eso fue haciendo que yo perdiera lugar y confianza, porque uno va perdiendo confianza. Nunca me terminé de poder adaptar o sentirme importante en el equipo. A partir de ahí, no pude dar mi mejor versión. Después, más allá de que en su momento el técnico no quería que me vaya y siguiera perteneciendo al plantel, tomé la decisión de venir.

-Cruz Azul este año cumple 20 sin salir campeón, ¿incidía esa presión?

-No, era más lo que se generaba en torno a eso, lo que se hablaba en torno a eso. Creo que dentro de la cancha no se sentía esa presión porque allá es distinto. Primero tenés que clasificarte a la Liguilla para luego poder pelear por el torneo y no se pudo clasificar. Creo que pasó por una cuestión de que el equipo nunca consiguió funcionamiento, nunca le encontró la vuelta para lograr los resultados que primero te posicionen en la Liguilla para después aspirar al campeonato. No pasaba por esa presión, sino porque nunca se terminó de encontrar un buen funcionamiento en el equipo.

-¿Cuándo y cómo se produjo la posibilidad de volver a River?

-A partir de noviembre o diciembre, empezaron mis ganas de volver. Yo tenía justo un cambio de entrenador en Cruz Azul. El entrenador (NdeR: Tomás Boy) había decidido que quería ver a todos los jugadores y que iba a tomar una decisión. En su momento, él decidió que yo me quedara en el equipo, pero aun así yo tenía ganas de volver. Después, con el llamado de Marcelo (Gallardo), le dije que sí, que quería volver y que iba a hacer todo lo posible para volver, así que ahí hablé con el club, con el director deportivo. El club no tenía inconvenientes en que yo rescindiera mi contrato, el tema pasaba por la parte deportiva, el técnico no quería que me fuera. Ahí tuve que ir a hablar dos o tres veces con él para que me entendiera, para que me dejara salir. Siempre le agradecí porque llegó un momento en el que me entendió, más allá de los intereses que él debía cuidar, que eran los del equipo. Me entendió a mí como persona, como profesional, me dejó salir y, a partir de ahí, se aceleró todo y se dio todo rápido.

-¿Cómo fue tomar la difícil decisión de tu salida sin una transferencia al exterior y con River en semifinales? ¿Te arrepentiste de alguna parte viendo lo que ocurrió después a nivel deportivo?

-No fue fácil. Por ahí creo que me debería haber tomado un poco más de tiempo porque yo, cuando tomé esa decisión, estaba en competencia. Tuve unos días de vacaciones, pero después se dio muy rápido lo de Cruz Azul y tomé la decisión de irme. Quizás debería haberme tomado un poco más de tiempo, sentarme a pensar. Por ahí no me arrepiento por el hecho de que toda experiencia nueva te hace crecer, no sólo como profesional, sino también como persona. Lo tomé como un aprendizaje y hoy me sirve para mi futuro.

-Cuando volviste, el hincha tenía la opinión dividida, pero en base a buenos rendimientos te estabilizaste, ¿hoy sentís que el hincha te banca en el trato día a día?

-Sí, siempre me ha tratado muy bien desde mi llegada. Me sorprendió el trato que ha tenido la gente conmigo, así que estoy muy agradecido y obviamente me genera aún más responsabilidad para tratar de seguir teniendo buenos rendimientos en agradecimiento a ese apoyo que tiene la gente.

-Saliste de Vélez, jugaste muchos años en Godoy Cruz, tuviste dos etapas en River, un tiempo en Cruz Azul, ¿qué significa River en tu carrera? ¿Qué espacio ocupa?

-Un espacio muy importante. Vélez me formó como persona más que nada. Mi formación profesional la hice en Godoy Cruz y acá me han tocado vivir cosas que me hicieron crecer tanto en lo profesional como tratar de madurar en lo personal. La verdad que ocupa un espacio muy importante, no sólo en mí, sino también en mi entorno, en mi familia. Cuando yo me fui de acá, mis viejos seguían viendo todos los partidos y seguían interesados en todo lo que pasaba acá. En su momento, me preguntaron si quería retirarme, pero retirarse en River hay que ganárselo, es un privilegio que hay que ganárselo. Por ahora, yo voy en camino y ojalá pueda estar mucho tiempo más.

-Más allá de que te queda mucho tiempo por delante como jugador profesional, ¿pensaste en el retiro en River?

-No, todavía no lo pensé porque todavía estoy disfrutando de mi vuelta. Llevo siete meses, desde que volví parece que estoy hace mucho. Estoy tratando de disfrutar día a día lo que me toca vivir y eso se verá más adelante.

-Te tocó ser base de la parte titular del año 2015, pero no pudiste recibir una medalla, ¿es una cuenta pendiente levantar la Copa Libertadores con River?

-No me lo tomo como una cuente pendiente, me lo tomo como un objetivo importante que me gustaría poder lograrlo, pero no como forma de revancha. Lo tomo como algo muy lindo. Es un lugar de privilegio en el que me gustaría poder ser parte.

-¿Ves lejana la posibilidad de la Selección Argentina? ¿Pudiste hablar alguna vez con Sampaoli?

-No, nunca tuve esa posibilidad. En un momento se había nombrado, pero sólo quedó en eso. Por el momento lo veo lejano, hay muy poco tiempo de acá a lo que resta para llegar al Mundial. Creo que el plantel que va a ir al Mundial prácticamente ya está casi conformado, más allá de algunos jugadores que puedan estar citados para estos partidos. Es muy difícil porque uno no ha tenido posibilidades anteriores, pero la esperanza es lo último que se pierde y hay que seguir trabajando, hacer las cosas bien acá. Muchas veces llega por consecuencia de un trabajo.

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