Lucas Pratto comenzó su carrera como futbolista en Defensores de Cambaceres. Luego llegó al eterno rival, en donde fue cedido a préstamo a Tigre y, al regresar en 2009, sólo disputó dos partidos oficiales. Pero antes de volver a la zona aledaña al Riachuelo, el Oso comenzó a escribir sus páginas más importantes en Noruega.

Fue entre 2008 y 2009 cuando el delantero integró las filas del Lyn Oslo de Noruega, equipo europeo que es uno de los más antiguos de aquel país y que, por ese entonces, formaba parte de la primera división en su liga local.

Allí, Lucas marcó siete goles en 25 partidos. Pero lejos de mirar las frías estadísticas, los hinchas le tomaron mucho cariño debido a la importancia de sus tantos: dos de ellos fueron ante el máximo rival del Lyn, Valerenga, en el clásico llevado a cabo en 2009.

“Eso lo volvió una leyenda moderna entre los hinchas, combinado con su estilo de juego poco ortodoxo, doblando su espalda, con una velocidad tremenda y un corte de pelo único con algo en la cabeza parecido a la cola de una rata”, manifestó en diálogo con Olé Eirik Naesje, un fanático de Lyn que aún se acuerda de Pratto con mucho cariño. Y claro, el Oso allá también hizo historia.