Nadie hubiera imaginado que aquel desconocido volante al que le tocó debutar en un 0-3 con Liga de Quito en Ecuador y tuvo que irse a préstamo a Defensa y Justicia iba a terminar jugando un Mundial tan solo tres años después. Enzo Fernández logró lo que pocos jugadores pueden: que el quedar relegado de un plantel profesional sirve como aprendizaje de cara al futuro y no como una experiencia negativa de la cual despúes termina costando salir. El paso por Florencio Varela lo revitalizó y fue solo el inicio de la transformación al futbolista que es hoy.

Ya en Reserva se notaba que Enzo era distinto al resto. Se adueñó del mediocampo de aquel equipo comandado por Luigi Villalba y las comparaciones no tardaron en llegar: con la salida de Ezequiel Palacios al fútbol alemán, el oriundo de San Martín pasó a ser llamado el sucesor del Tucu en la mitad de la cancha de aquel equipo brillante de Marcelo Gallardo que no pudo coronarse en la Copa Libertadores 2019.

Con la casaca del Halcón se asentó rápidamente y se convirtió en una de las piezas fundamentales del equipo de Hernán Crespo que terminó levantando la Copa Sudamericana de ese mismo año. Para algunos puede ser una sorpresa su inclusión en la lista, para la mayoría es el merecido premio que llega justo a tiempo después de haber terminado de explotar en el Benfica de Portugal.

El regreso a River a mediados de 2021 lo encontró más maduro futbolística y mentalmente, con una variedad amplia de herramientas para desenvolverse en la cancha y con conceptos tácticos incorporados con Crespo listos para ser usados y potenciados por Gallardo. Y vaya si el Muñeco le sacó jugo al talento de Enzo: necesitó de un puñado de partidos para ganarse el puesto y no soltarlo más.

Visión de juego, tenencia de pelota, explosión, dinámica, precisión en velocidad (tanto en corto como en largo) y hasta vocación defensiva. Todas esas cualidades (y más) se fueron agregando al repertorio del mediocampista, que puede actuar como único cinco o como un volante interno o mixto, el famoso "box to box" como se lo llama en Europa. Sus 12 goles y 10 asistencias en River lo catapultaron al fútbol europeo en un abrir y cerrar de ojos.

El técnico del Benfica pidió exclusivamente por él y en Nuñez no tuvieron más remedio que envolverlo para regalo, no sin antes quedarse con un 25% de su ficha que en el corto plazo valdrá millones y millones de euros. Como a lo largo de su corta carrera, la adaptación no le costó a Enzo. Parece que no es una palabra que forme parte de su diccionario.

Ya en los amistosos de pretemporada con el equipo portugués inició como titular y empezó a dejar destellos de su calidad. Hoy, pocos meses después de su llegada, es una de las banderas del equipo y bajo ningún punto de vista se discute su titularidad. Es de esos jugadores que juegan y hacen jugar, algo que no abunda mucho hoy en día. Anduvo bárbaro en los dos partidos que jugó con la Selección (ante Honduras y Jamaica en la última doble fecha FIFA) y se metió en la lista.

Con la baja confirmada de Giovanni Lo Celso, Enzo Fernández reune varios votos para ocupar un lugar en la génesis del fútbol de la Albiceleste: la mitad de la cancha. De Paul-Paredes-Lo Celso fue siempre una fija y ahora Scaloni deberá rearmar el rompecabezas lo más prolijo posible para que no se resienta el circuito de juego. ¿Enzo? Está preparado para asumir ese desafío y esta convocatoria es un premio al esfuerzo y a la dedicación. Otro orgullo del semillero riverplatense que irá a la gran cita futbolística del año.