Una recaudación de 2,7 millones de dólares y 73,567 entradas vendidas brindaron al Estadio Monumentalun marco espectacular para la final de la Copa Libertadores1996, donde loincontable fueron los papelitos, las bengalas, el humo y el griterío de la gente. Juan Negro Gómez, el único futbolistaque jugó todos los partidos de ese torneo, recordó aquella noche gloriosa para el podcast de La Página Millonaria y se emocionó al hablar del histórico recibimiento cuando se cumplen 25 años. ¡Escuchalo!
El ex zaguerode 50 años atendió a este medio desde suCuruzú Cuatiá natal, donde regresó cuando se retiró del fútbol. El central rememorócon “orgullo y muchas veces también incredulidad” lo vivido con el Manto Sagrado e incluso indicóque los hinchas no lo reconocen mucho por la calle.
“Me siento orgulloso porque nunca me pudieron catalogar entre los jugadores que la camiseta le pesó.Eso me hace sentir realmente importante porque tené en cuenta que en ese River había nombres muy pesados, habían 20 nombres por delante del mío por reconocimiento, por trayectoria y yo viniendo de Argentinos Júniors me fui ganando un lugar importante a tal punto que fui el único jugador que jugó los 14 partidos de esa Copa Libertadores”, comenzó el correntino sobre su gran rendimiento en el Millonario que le valió la posterior venta a la Real Sociedad de España.
En esa Libertadores, Juan hizo dupla en el fondo con Celso Ayala y se convirtió en una pieza clave gracias a su gran técnica con la pelota. Vivió en primera persona esa campaña que tuvo ocho victorias, cuatro empates y dos derrotas. El camino a la victoria no fue sencillo y el Negro destacó el encuentro más difícil de aquel certamen.
Juan Negro Gómez (número 6), el primero arriba y a la izquierda de la imagen
“Vos le preguntás a cualquier jugador que estuvo en ese plantel del 96 y te va a decir Sporting Cristal en Perú. Yo recuerdo a Enzo cuando terminó el partido que dijo: hoy ganamos la copa. Ahí en la intimidad nuestra. Porque creo que la sacamos demasiado barata para el baile que nos comimos esa noche. Todavía sueño con ese Julinho. Realmente creo que fue el click que hizo de sentirnos más fuertes y ante la adversidad sacar lo mejor de nosotros. El equipo siempre de visitante sufrió, pero estuvo a la altura y de local lo liquidabamos al que venga”, sintetizó sobre ese 1-2 en Lima con el que River quedó vivo y en la revancha goleó 5-2 con la recordada chilena de Hernán Crespo.
Gómez resaltó la unión que había en ese grupo y dijo que compartía concentración con su competencia en el puesto: Guillermo Rivarola. Precisamente porelTiburón quedó relegado al banco de suplentes en los últimos tres partidos, aunque antes tuvo un entredicho con el DT Ramón Díaz.
Juan Gómez, Juan Pablo Sorín, Ariel Ortega, Hernán Díaz y Enzo Francescoli (@juangomez2408)
“Lo que pasó es que el Negro Astrada no podía jugar contra Universidad de Chile en Santiago, el partido de ida y Ramón habló conmigo si me animaba a jugar en el medio. Entonces yo le dije que sí, obviamente, si me decía para ir al arco también iba. Uno quería jugar y más esos partidos trascendentales. Pero lo único que le dije es que me respete que yo de defensa central vengo jugando bien. Porque no sea cosa que tenga un partido de miércoles jugando de mediocampista y que por eso me borres. Entonces él me dio la palabra, me dijo que sí. Y no fue mi mejor partido, aparte yo era marcador central, no estaba acostumbrado a jugar en el medio y el próximo partido él siguió manteniendo la misma saga central entre Rivarola y Celso, volvió el Negro y yo me fui al banco. Son situaciones que muchas veces pasan. No me sorprendió, pero sí me dolió. Siempre hay que sumar, cuando el trabajo es en equipo siempre hay que poner el hombro porque hoy le toca a uno y mañana al otro”, explicó sobre los motivos que lo llevaron a ingresar como suplente en la definición de esa Copa.
A pesar del cortocircuito, con Ramón quedó todo en buenos términos y hasta el Negro se encargó de contestar los rumores que se dijeron en torno a su trabajo. “De Ramón se habló mucho por su juventud, por su inexperiencia, porque estaba Francescoli se decía que Enzo le armaba los equipos y la verdad que si algo tenía Ramon era un tipo que nos daba libertad a todos y él tenía muy claro como quería que juegue el River de él. Era un River ganador que salía a ganar en todos lados, como tiene que ser River”, sostuvo.
Como contra Sporting Cristal, el Millonario había perdido la ida contra América en Cali y tenía que dar vuelta el resultado en el Monumental. Sin embargo, el plantel tenía una enorme confianza que la Copa no se podía escapar y así lo recordó Gómez: “Nosotros estabamos convencidos, salimos del hotel sabiendo que éramos los campeones. Pero que adentro teníamos que hacer lo que teníamos que hacer. Todavía nos faltaba la batalla. No cabía en la cabeza de nadie no quedarnos con la Copa”.
Los futbolistas tuvieron un enorme apoyo del público, que colmó el Monumental y preparó un recibimiento que está considerado entre los mejores de la historia del fútbol argentino. Juan sintió el aliento en carne propia y todavía se emociona al recordarlo. “Eso fue algo que no se volvió a repetir por más copa que River ganó después.Se escucha todo, realmente fue algo que parece que el mismo estadio latía y vivía junto con nosotros en los momentos previos al partido. En el vestuario se vive intensidad, nerviosismo, ansiedad y todo eso era como que era acompañado por el ritmo de la gente. En el vestuarioera imposible no escucharlo. Te estoy contando, te juro, y se me eriza la piel”, manifestó.
A los 29 minutos del segundo tiempo, Juan entró con el número 6 en reemplazo de Marcelo Escudero. Ingresó en el medio y festejó junto a sus compañeros en el terreno de juego. Lo curioso sucedió horas después cuando quiso volver asu departamento en Caballito y no encontraba taxi.
Juan Gómez y su réplica de la Copa Libertadores (@juangomez2408)
“Salgo con el Gabi Cedres que vivía cerca del estadio y me deja ahí por Cabildo para tomar un taxi. Estuve 10 minutos esperando un taxi con todos los hinchas de River y yo tenía la medalla puesta adentro del pantalón y decía: ‘Que no me la roben’. Ahí me tomé el taxi y el taxista no me registraba, no se dio cuenta que estaba llevando a un campeón de América”, concluyó el correntino que no sólo se llevó la medalla, sino que también su camiseta y hoy además tiene dos réplicas de la Copa Libertadores. Recuerdos para toda la vida.