Méndez cumplió con la ley del ex. El River la rompió en la noche de Arroyito y fue clave en la victoria de Central. A los 24 años jugó con la experiencia de un 5 de nivel internacional; ocupó todos los sectores de la cancha donde se hiciera necesario. Le sobraron pilas para marcar a Ortega, zapatear en la media cancha haciéndose patrón, meter desbordes por derecha como el del segundo gol, hacerse dueño de todas las pelotas paradas y tirar un caño y una marianela que enardeció a los jugadores de River.
Frente a ello, River opuso la adquisición de “Pantriste”, el paraguayo Paniagua que pasó absolutamente desapercibido en el primer tiempo. Y nuestro viejito “Jesús”, Matías Almeyda, quien tuvo una aceptable actuación pero que se quedó sin aire a mitad de la segunda parte, justo cuando River más lo necesitaba.
Méndez, nacido en San Rafael, Mendoza, el 10 de enero de 1985, hizo las Inferiores en River, pero apenas llegó a jugar una veintena de partidos oficiales. Junto a Sand alternó la Primera en la época del Negro Astrada. Con más potencia que el Lobo Ledesma, pero más temperamental, siempre pareció un jugador que había que darle tiempo para que pudiera explotar. Igual que el “Bati negro”, lamentablemente explotaron fuera de River. Su mejor aporte es un gol a Nacional, en la Libertadores 2005. Omar Labruna lo llevó a Olimpo ese mismo año, donde resultó un jugador determinante.
Tras un breve regreso a River, fue vendido al St. Gallen, de Suiza, en tiempos donde no sobraban los volantes centrales de jerarquía. Ahumada y la aparición de Nicolás Domingo lo postergaron. Lamentablemente, hoy, ninguno de los dos tiene el nivel de Méndez. Luego de sumar rodaje internacional y jugar la Intertoto, llegó a un Central devastado en 2007. Ayer trabó con la cabeza, fue eje y conductor de un equipo de pibes que parece haber encontrado en él al nuevo “Kily”. Un referente. Hace rato que Jesús no se acuerda de nosotros y la verdad es que nosotros tampoco nos acordamos demasiado de él. Cometemos demasiados pecados. Anoche se bajó de la cruz y nos castigó con la vieja y dolorosa ley del ex.
Imagen: Fotobaires.