(Incluye ranking) El Muñeco se pudo dar el gusto de consagrarse como jugador y entrenador del Más Grande, tanto en títulos nacionales como internacionales, un punto que no cualquiera logra emular.
Marcelo Gallardo nació para ser campeón con River, dentro y fuera de la cancha. Surgió de la cantera de La Banda y, con apenas 17 años, debutó el 18 de abril de 1993 en el triunfo por 2-0 sobre Newell’s.
Gallardo lleva el ADN de River Plate.
En dicho año, el exenganche obtuvo el Torneo Apertura y desde ese entonces no paró de ganar. En su primera etapa, consiguió 5 títulos locales y dos internacionales (Copa Libertadores 1996 y Supercopa Sudamericana 1997).
En 1999 se fue a Francia para jugar en Mónaco. Allí también se convirtió en una gran figura y luego volvió a Núñez para darse más gustos: consagrarse en el Torneo Clausura 2004. Luego, en 2006, retornó a Francia para jugar en París Saint Germain y después tuvo una breve experiencia en D.C United, de Estados Unidos.
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Pero River le abrió las puertas, en 2009, y el Muñeco no lo dudó. Lamentablemente, su estadía en La Banda fue breve, estuvo hasta mayo del 2010, y no pudo despedirse como futbolista en el Más Grande. Fue entonces cuando firmó en Nacional y conquistó la temporada 2010-11.
En junio de 2011, Gallardo anunció su retiro del equipo uruguayo e inmediatamente aceptó la propuesta de tomar las riendas como entrenador del Bolso. Debut y título en su primera experiencia.
Como jugador, Gallardo obtuvo 6 torneos locales y 2 copas internacionales.
Se le dio la posibilidad y el retorno al club de sus amores fue posible. Arribó luego de la sorprendente salida de Ramón Díaz, que había obtenido el tan festejado Torneo Final 2014, y el Muñeco consiguió todo.
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Se convirtió en Napoleón, en el técnico responsable de que River volviera a conquistar una copa internacional después de 17 años de espera. Campeón de la Copa Sudamericana 2014 -con eliminación a Boca incluida- y, como premio, a disputar la Recopa Sudamericana. Finales contra San Lorenzo y otra vuelta más.
River volvió a conquistar una copa internacional de la mano del Muñeco.
Pero la frutilla del postre se pudo saborear rápidamente. La tan ansiada Copa Libertadores, que él mismo logró en 1996, volvió a acariciarla llevando al Millonario a la final contra Tigres. Un 3-0 letal, en un Monumental repleto y con festejos en todas partes del planeta. ¿De yapa? El boleto para el Mundial de Clubes. “Y sí, señor, de la mano del Muñeco vamo’ a Japón”, el hit que se inmortalizó en el Mundo River.
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Claro, tan sólo unos días después el Más Grande le ganó a Gamba Osaka, en la final por la Suruga Bank, y el club sumó su novena conquista internacional. En otras palabras, el exfutbolista y el entrenador riverplatense suma 4 obtenciones en Núñez y va por más…
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