El 14 de marzo del 2018, Franco Armani tenía su primera gran cita con el buzo de River, ni más ni menos que en una final contra Boca, correspondiente a la Supercopa Argentina y disputada en tierras mendocinas. Y allí empezo un proceso de enamoramiento con los hinchas de River que se mantendrá hasta la eternidad, y a la vez una sensación de imbatibilidad para los de la vereda de enfrente que también parece durar para siempre. Aquella noche fue la figura de la cancha y se llevó una corona de Burger King como premio que iba a quedar inmortalizada en el recuerdo de la gente, aprobando su primera materia en finales.

 

El arco es un puesto muy particular, donde un error en un escenario clave te puede estigmatizar para siempre, y donde es muy difícil destacarse en situaciones límite. Salvo que seas Franco Armani, que ya a esta altura no quedan dudas que se ha convertido en un elegido. Pese a algunas situaciones polémicas que se generaron con goles de pelota parada que recibió el equipo, el oriundo de Casilda ha dado la talla cuando el equipo más lo necesitó, con un oportunismo digno de un hombre con una mentalidad imposible de quebrar, hasta convertirse en la figura de River a lo largo del torneo más importante de su historia, que fue la Libertadores 2018.

Los números no mienten, y por algo la estadística marca que River solamente perdió un partido sobre nueve con Armani en el arco en un Superclásico, con el aliciente de saber que ese encuentro fue el de vuelta de las semifinales de la Libertadores 2019, donde a Boca no iba a alcanzarle ese 1-0 en la Bombonera para llegar a la final. En los ocho restantes (cuatro victorias y cuatro empates del Más Grande) mantuvo la valla invicta en la mitad o dejó jugadas para la eternidad como aque mano a mano frente a Bendetto en la final de América.

El 14 de marzo del 2021, caprichosamente justo tres años desde aquel debut Superclásico, Armani volvió a ahogarles un festejo que parecía sentenciado a los de la vereda de enfrente por como se estaba dando el trámite del partido. La tapada a Tévez en el primer tiempo parecía ser la clave, pero fue la triple atajada del segundo tiempo con el resultado 0-1 la que marcó un quiebre, y un antes y un después para la confianza de River. Y el resultado final dependió de él, una vez más. Lisa y llanamente porque Franco es el mejor. Francamente, el mejor de todos.