Es bastante extraño decir esto pero por primera vez en mucho tiempo, no fue la noche de Julián Álvarez en River. La Araña no pudo concretar ninguna de las situaciones claras que tuvo y no estuvo fino a la hora de definir, por esto (y por muchas otras razones) se explica la derrota del Millonario en el superclásico ante Boca. Así y todo, el atacante fue uno de los puntos más altos del equipo y nunca resignó la intensidad ni las ganas para seguir generándose las situaciones él solo.
En los primeros minutos del partido, la Araña ya tuvo una situación propicia de gol después de un buen pase de Enzo Fernández pero el derechazo se le fue muy lejos del segundo palo de Rossi. Un rato después, incansable como siempre, armó un jugadón espectacular después de dejar en el camino a Rojo y Zambrano pero el zurdazo no tuvo la fuerza ni la colocación suficiente y Rossi lo despejó al córner. En el medio (y la más clara) con un derechazo de aire que se fue besando el segundo palo tras un pase de Rossi. Sin dudas que en la primera partefue el que más hizo tambalaear a la defensa de Boca.
Como una película repetida, en el segundo tiempo el oriundo de Calchín volvió a tener un mano a mano que le quedó para la zurda, nuevamente el disparo no le salió como quería y nuevamente Rossi, agigantando su figura, tapó el remate. Sí, parece que es humano y puede errar goles. La Araña seguramente anhelaba con volver a tener una actuación sobresaliente como en el último superclásico pero no estuvo fino en frente de los tres palos y se topó con un Rossi que le sacó todo.
Ahora, el delantero se enfocará en seguir haciendo goles con la camiseta de River para llegar de la mejor manera posible, tanto física como mentalmente, a la pretemporada a mitad de año con el Manchester City. El entrenador Pep Guardiola ya avisó públicamente que le pedirá al City que abone el monto en euros que estipula la cláusula de repesca para que así Julián se vista de celeste a partir del mes de julio.