El Millonario se llevó un triunfazo del sur ante uno de los punteros del campeonato y se trepó a la cima. En un partido repleto de condimentos, tanto en el juego como en lo extrafutbolístico, los dirigidos por Martín Demichelis supieron golpear en el momento justo y lograron superar un duro examen. Una muestra de carácter, más allá de los puntos altos y bajos que mostró el Más Grande.
Sobre el final del partido, el VAR decidió anular dos goles de Lanús por posición adelantada. En el primero de ellos hubo mucha demora y discusión, porque se trató de una jugada meramente interpretativa. En el segundo, hubo un claro offside de Troyansky en el inicio de la maniobra.Sin embargo, en el banco de suplentes de Lanús discutieron con el cuarto árbitro y también tuvieron un cruce con los jugadores de River, que respondieron a la provocación.
El abanderado de las quejas fue Lautaro Acosta, que en la primera etapa ya había tenido un cruce con Martín Demichelis sobre el lateral. Cuando lo reemplazó Boggio, el histórico delantero de Lanús fue uno de los más enérgicos a la hora de la protesta. Y se encendió mucho más cuando llegaron las jugadas en las que intervino el VAR. Cuando el encuentro se detuvo por segunda ocasión para la revisión tecnológica, el Laucha comenzó con las amenazas a los árbitros. Enzo Pérez, desde su lugar, también intentó presionar al cuarto juez, y fue ahí cuando se desató la acalorada discusión.
Enzo Pérez y el Laucha Acosta estuvieron a nada de trenzarse en el costado de la cancha, pero lograron detenerlos. Más allá de esta discusión, Salomón Rondón también intervino en la discusión y le dio un mensaje muy claro al hombre del Granate: “Cerrá la boca”, le dijo el venezolano con un gesto con sus manos pidiéndole silencio. Al final del encuentro, el propio Martín Demichelis fue a buscar a Acosta, lo abrazó y trató de tranquilizarlo para bajar los decibeles. Un mensaje que los hinchas locales no supieron interpretar.