A veces el vandalismo se confunde con la pasión, el hecho de estar en masa no es motivo para cometer actos que están mal. En la Caravana Eterna del pasado 9 de diciembre, día en que los hinchas del Más Grande coparon la ciudad de manera multitudinaria para celebrar el segundo aniversario de la obtención de la Copa Libertadores ante Boca, algún hincha realizó pintadas en la fachada de un edificio cercano al Monumental, un acto aislado que nada tuvo que ver con las decenas de miles de hinchas que se comportaron de manera ejemplar.
Iñaki Lasarte fue uno de los vecinos afectados y al encontrar la fachada del edificio donde vive vandalizada decidió comunicarse con Rodolfo D’Onofrio y si bien la carava no estuvo organizada por el club, el presidente recogió el guante y se comunicó con un grupo de hinchas para encontrar la solución al problema. Ellos tomaron la posta y de manera desinteresada tuvieron el gran gesto de ir a comprar los materiales, acercarse a la casa del señor Lasarte y dejar el edificio en condiciones.
El vecino damnificado mandó una carta de lectores al diario La Nación comentando la situación, enalteciendo la pronta solución por parte de los hinchas de River que ya el día 16 de diciembre habían dejado todo en condiciones, sobre el final de su relato aclara que él es hincha de Boca, aunque eso poco tenga que ver ya que cuando se comete un error hay que solucionarlo sin importar la camiseta. En la Caravana Eterna hubo alrededor de cien mil hicnhas del Más Grande por toda la ciudad y el comportamiento general fue digno de destacar.