River fue superado en casi todos los aspectos por Vélez anoche en Liniers. En lo táctico, lo actitudinal, lo mental y hasta en lo físico. El Fortín jugó el partido de su vida y el Millonario tuvo su peor rendimiento en una serie de Copa Libertadores con Gallardo como entrenador. No solo lo opinan los hinchas sino el propio entrenador, quien fue muy autocrítico y directo en la conferencia de prensa post encuentro: “Peor que esto no se puede jugar. Lo peor ya pasó”, dijo.
Para colmo, la mala noche futbolística de River fue opacada aún más por la desafortunada lesión de Rodrigo Aliendro. El ex Colón hizo su debut con el Manto Sagrado, ingresando por Paradela a los 60′, pero tuvo que dejar la cancha 27 minutos después a raíz de un codazo de Agustín Mulet al disputar una pelota en el aire. El golpe del jugador de Vélez hizo que Aliendro perdiera la noción del tiempo y golpee su cabeza contra el piso, sin poder cubrirse o amortiguar el golpe con los brazos o las piernas.
Rápidamente ingresaron los médicos para atenderlo y el volante tuvo que irse de la cancha sostenido en ambos brazos porque no podía mantenerse de pie. La caida lo mareó y mucho y no tenía fuerza en las piernas ni para caminar por sí mismo, por eso de forma inmediata fue retirado de la cancha e ingresó Agustín Palavecino en su lugar.
En conferencia, Gallardo confirmó que Aliendro estaba bien del golpe pero que seguramente se iba a hacer chequeos médicos para descartar alguna complicación y eso fue lo que pasó. El número 27 fue llevado al Sanatorio Finochietto durante la noche para realizarse una tomografía y cerca de la una de la mañana regresó a la concentración de River en el Monumental, con buen estado general.
Por suerte, los resultados solo arrojaron que sufrió un fuerte golpe en el costado derecho de la cabeza, debajo de la oreja, y se entrenó de forma liviana en el Monumental. Va a ser seguido de cerca durante las próximas 48 ahoras y no lo someterán a demasiados esfuerzos físicos.