A River no le salió absolutamente nada en Liniers y ahora está obligado a dar vuelta la serie contra Vélez el próximo miércoles en el Monumental si quiere seguir con vida en la Libertadores. El Millonario tuvo una ráfaga de dominio sobre el final del primer tiempo y arrancó bien el segundo, pero se fue diluyendo y terminó sufriendo y casi pidiendo la hora contra un Vélez que le hizo precio y dilapidó un montón de chances claras, por impericia propia y por la gigante actuación de Franco Armani.

 

 

Para colmo, uno de los refuerzos hizo su debut y no pudo terminar el partido. Rodrigo Aliendro saltó a la cancha a los 60 minutos (entró por Paradela) junto a Lucas Beltrán y Andrés Herrera, y lejos estuvo de tener su noche soñada. No solo que el resultado no acompañó, sino que tuvo que salir reemplazado a dos minutos del final por un codazo de Agustín Mulet (el árbitro no sancionó falta) al ir a disputar una pelota que lo dejó tendido en el piso y muy mareado.

 

La primera imagen de la transmisión generó preocupación, porque el volante cayó seco al piso y no reaccionaba. Rápidamente ingresaron los médicos y de a poco Peti empezó a recuperarse, pero no pudo seguir. Al ponerse de pie, apenas podía mantenerse erguido, como si sus piernas no tuvieran fuerza. Se tuvo que ir de la cancha tambaleando y sostenido por los médicos desde ambos brazos. Gallardo no tuvo más remedio que llamar a Palavecino, al ver que Aliendro no podía seguir, y el ex Colón se sentó inmediatamente en el banco, donde siguió siendo atendido.

"Rodrigo se siente mejor, más estable, pero va a estar en observación y van a hacer algún estudio seguramente por precaución. En el vestuario ya se le había pasado un poco el mareo por el impacto que sufrió", fue el parte que brindó el propio Marcelo Gallardo durante la conferencia de prensa sobre el refuerzo que apenas tuvo una práctica con sus compañeros y  ya debutó con la camiseta número 27.

 

La desafortunada jugada del golpe de Aliendro