Marcelo Gallardo entiende cómo hay que gestionar los egos de los futbolistas casi como ningún otro técnico. De las tareas más difíciles que tiene un entrenador es saber administrar las energias, los enojos, las alegrías y las tristezas de los jugadores de fútbol a medida que transcurren los partidos y los resultados se van dando (o no) o si tienen minutos en cancha o les toca mirar el partido desde el banco de suplentes o la tribuna. Es una de las mil razones por las que el Muñeco es el DT de River hace casi ocho años.

En el plantel actual hay jugadores de experiencia como Javier Pinola, Enzo Pérez, Franco Armani y Jonatan Maidana que cumplen otro rol más alla del futbolístico y es mantener la armonía dentro del vestuario, charlar con los jugadores que necesiten descargar alguna problemática y apoyar a los juveniles. Y sobre todo esa tare recae en Pinola y Maidana, a quienes hoy no les toca sumar muchos minutos pero son sumamente importantes en otro aspecto.

Luego de más de dos meses, Pinola volvió a jugar ayer contra Platense y en conferencia de prensa se mostró feliz por el regreso a las canchas. En una de las preguntas sobre cómo lo había visto a Ezequiel Centurión en su debut como arquero, el defensor hizo hincapié en lo relevante de su rol como referente: "Desde mi rol de referente siempre voy a estar ahí para apoyar a todos los jugadores. No podemos creer que a la primera va a salir todo y en esos momentos hay que reforzarles la confianza de que por algo están acá, nadie les regaló nada", dijo.

Un rato después, fue Marcelo Gallardo el que siguió por esa línea y destacó el compromiso que hay en el equipo sin importar los apellidos que tienen que quedarse afuera en algunas ocasiones: "Somos un equipo más allá de quienes jueguen. Los jugadores asumen su rol con una gran responsabilidad. Hay tipos que siguen estando por su calidad deportiva, competitiva y porque siguen dando pelea. Si no, no estarían acá. Si los más grandes, Pinola, Maidana o Enzo Pérez no estuvieran disponibles para jugar, no estarían acá".

Y cerró: "Comprometerse con el equipo cuando no se juega es lo más difícil. Mantener esa calidad humana en beneficio del equipo habla muy bien de ellos y eso es para destacar. Lo más difícil en el fútbol es gestionar los egos de los futbolistas y sin embargo nosotros nos hemos sostenido con un mensaje muy claro y con una calidad humana muy marcada en eso de competir, competir y competir". River es como es hoy en día por jugadores (y sobre todo personas) como ellos.