Con el gol tempranero de Rafael Santos Borré, River tenía en la palma de su mano la quinta Copa Libertadores. Sin embargo, dos desatenciones cerca del final del partido le robaron la ilusión de seguir haciendo historia dentro del continente.

En la tribuna, los hinchas no lo podían creeral igual que el plantel del Millonario dentro del campo de juego, que pronto reflejó su tristeza por la derrota ante Flamengo.

Marcelo Gallardo comenzó a consolar a todos sus futbolistas con un abrazo paternal pero al encontrarse con uno de sus ayudantes, Marcelo Tulbovitz, se lamentó cabizbajo y demostró su dolor por el título que se le escapó en tiempo adicionado.