Lo que pasó este jueves 13 de octubre de 2022 a las 12.45 del mediodía en el Estadio Monumental es una muestra perfecta de lo que fue el ciclo de Marcelo Daniel Gallardo como director técnico. Valentía para agarrar un micrófono y dar a conocer que no seguiría, frontalidad para decirlo sin pelos en la lengua, unión porque haberlo hecho junto a Enzo Francescoli –quien lo recomendó hace más de ocho año- y la dirigencia, emoción porque casi se quiebra cuando les habló a los hinchas, compañerismo por haber destacado el trabajo de sus colaboradores, liderazgo por cómo habló y les agradeció a los jugadores que fueron dirigidos por él y finalmente hermetismo y cautela porque prácticamente nadie sabía que se iba a ir.

Marcelo Gallardo, el DT más ganador de la historia de River. (Foto: Getty).

Marcelo Gallardo, el DT más ganador de la historia de River. (Foto: Getty).

Todos esos valores pintan de cuerpo entero a la persona, al profesional, al ídolo y al estratega. Porque es de estratega saber cuándo y cómo dar a conocer las malas noticias. Marcelo Gallardo decidió anunciar que no seguirá en River a pocos días de su último partido en el Monumental -ante Rosario Central- con el claro objetivo que los fanáticos puedan despedirse de él en el lugar en el que tantas veces él les dio alegrías.

La tristeza es absoluta, que Marcelo Gallardo haya decidido dejar River cala hondo en el corazón del hincha que más que un resultado se vio reflejado en las formas. Títulos ganaron muchos entrenadores en la historia de River, pero de la manera que lo hizo Gallardo nadie. El hincha tiene que estar sumamente agradecido con el Muñeco porque nadie mejor que él supo representar la filosofía River, porque nadie respetó tanto nuestra historia y por eso este 13 de octubre es un día repleto de emociones para todos aquellos que cuando entramos al Monumental y la voz del estadio empieza a nombrar la formación esperamos expectantes que llegue el turno de Gallardo para poder gritar bien fuerte: “Muñeeeeco, Muñeeeeco”.

Son tantos los motivos para agradecerle a Marcelo Gallardo que probablemente alguno quede en el camino. Gracias Muñeco por estar en cada detalle, por pretender que River sea un ejemplo en el mundo, por estar pendiente de la infraestructura, por estar permanentemente viendo al semillero, por hacer del campo de entrenamiento un lugar de lujo, por hablar de la guardia alta y cuidarnos de los malos arbitrajes y de las cuestiones poco claras, gracias también por entender el amor del hincha y siempre tener una sonrisa para regalarnos ya sea en un pasillo del Monumental, en la bajada de un micro, en la entrada a un hotel.

Gracias también por ponerte la corbata de Labruna aquel superclásico de octubre de 2021 en el que los hinchas volvimos a la cancha luego de estar alejados más de un año por la pandemia. Gracias por jugar ofensivamente como la historia lo manda desde el primer día, por promover chicos y formarlos de a poco, por no mandarlos a la cancha de golpe y hacerlos quemar etapas. Gracias por regalarlos ocho años y medio maravillosos en los que te convertiste en el director técnico más ganador de la historia.

El día que se puso la corbata de Labruna. (Foto: Getty).

El día que se puso la corbata de Labruna. (Foto: Getty).

¿Quién se iba a imaginar allá por mediados de 2014 que ibas a conseguir todo lo que conseguiste? La realidad es que no muchos. Suceder a Ramón Díaz –después de ser campeón- no iba a ser una tarea sencilla y vos ponías mucho en juego, todo el cariño que te habías ganado con la 10 en la espalda. Sin embargo no dudaste un segundo cuando Enzo Francescoli te acercó la propuesta y le dijiste que no a Newell’s para agarrar al club de tus amores.

Desde un comienzo ya demostraste que estabas a la altura, nadie podrá olvidar jamás aquel River del segundo semestre de 2014 que se quedó con la Sudamericana tras dejar en el camino en la semifinal a Boca, aquel equipo todavía sale de memoria. Después llegó el momento de dirigir la primera Copa Libertadores y cuando los resultados lejos estuvieron de ser los esperados, el equipo pasó por la ventana y terminó levantando la Libertadores tras 19 años, muchos todavía no lo habíamos escuchado de tu boca, pero sabíamos que en vos había que CREER.

Los siguientes años tuvieron los lógicos altibajos y probablemente muchos en algún bajón hubiesen decidido dar un paso al costado pero vos no. Parecería que en las adversidades te hacías más fuerte y eso se los transmitías al equipo. La Copa Libertadores 2018 será eterna e inolvidable por tantas cosas: el gol del Pity contra Gremio, la final contra ellos en la Bombonera, tu salida al balcón para cantar como uno más.

El viaje a Madrid, que no hayas podido estar en el banco de suplentes, que los capitanes te hayan llamado para que levantes la Copa más deseada de todos los tiempos, el festejo en Núñez con tu gente. Luego llegó el duro golpe de Lima, pero vos nos enseñaste a seguir creyendo y así es hasta el día de hoy. Lo que no podemos creer es que te vayas, porque te vamos a extrañar mucho, porque nos tenemos que volver a acostumbrar a ver un banco de suplentes sin vos, sin tu equipo maravilloso de trabajo, porque cuando la voz del estadio anuncie al DT nos sentiremos extraños y nos miraremos con el de al lado.

Pero es tu decisión, fueron ocho años y medio de una entrega y un amor impresionante a tus jugadores, a tu club y lo que nos queda a nosotros es desearte que sigas siendo igual de exitoso en los proyectos que tengas por delante. Sabemos muy bien que es un hasta luego, que en algún momento vas a volver y vas a seguir siendo igual de exigente, de trabajador y de amado por todos los hinchas. GRACIAS, MARCELO DANIEL GALLARDO.

El momento en que anunció que se iba