La única prioridad de RIver por estas horas pasa por abrochar a los refuerzos solicitados por Gallardo, sean las opciones A, B o C. Hay tiempo hasta este sábado para presentar la lista de buena fe para los octavos de final de la Libertadores y los nombres de jerarquía que llegue, deben anotarse antes de dicho día por la noche, por eso la dirigencia acelera las gestiones casi a contrarreloj. Mientras se ultiman detalles de la llegada de Miguel Borja, otros nombres siguen sonando y con fuerza por los pasillos de Nuñez.
Diego Valoyes, Matías Arezo y Luis Suárez encabezan la lista de delanteros que están en carpeta de Gallardo, sumándose obviamente a Lucas Beltrán que está a un paso de regresar y es prácticamente un refuerzo. Todos los atacantes mencionados anteriormente comparten una característica: son extranjeros. Y River debe atender el tema del cupo a la hora de pensar en el arribo de más jugadores que no sean argentinos.
Si se termina de cerrar lo de Borja, el Millonario tendría cinco futbolistas extranjeros en su plantel: Nicolás De la Cruz, Paulo Díaz, Juanfer Quintero, Robert Rojas y Miguel Borja. David Martínez tiene la doble nacionalidad (Argentina y Paraguay) y no ocupa plaza. El reglamento de la AFA permite que pueda haber seis extranjeros en cada equipo, pero solo cinco pueden firmar planilla, por lo que sí o sí, de alcanzar el cupo, uno debería quedar marginado de los partidos oficiales.
Borja ultima detalles para convertirse en el primer refuerzo de River. (Foto: Getty):
Hoy en día no habría problema si arriba un extranjero más (Valoyes, por ejemplo), porque Rojas está lesionado y todavía tiene algunas semanas de recuperación por delante y sería él quien quede afuera de los encuentros, pero en unos pocos meses si podría ser un dolor de cabeza para Gallardo. La clave en todo esto pasa por la situación de De la Cruz: el uruguayo retomó los trámites para obtener la doble nacionalidad, al ya haber cumplido dos años deresidencia ininterrumpida y documentada en Argentina.
Una vez culminada esa gestión, que se demora más de lo esperado, el mediocampista de 25 años, que también tiene chances de irse en este mercado de pases, dejaría de ocupar un lugar como extranjero, permitiéndole a los dirigentes tener un mayor margen de maniobra a la hora de negociar con futbolistas que no son argentinos.