Fabbiani habla, promete una y otra vez y no cumple. Gorosito, también habla sin explicar claramente cuál es su planteo táctico básico, Maradona habla antes de los partidos y después se escapa…Del Potro no habla, va, juega y le gana a los dos más grandes jugadores del circuito.
Messi en el Barsa hace lo mismo. Verón igual. Y Dunga y Bielsa hacen que sus jugadores hablen por ellos en el verde césped. Fastidia la palabra malgastada. Fastidia aquella que no es mejor que el silencio. La que se repite en circunloquios estériles o promesas vanas. Ya no le queda margen a Fabbiani para excusarse. Ni a él para no asumir el verdadero compromiso que tiene que tener un profesional, ni a Gorosito para ponerlo si no está en forma.
No hay explicación que valga. Es que todos podemos entender la “falibilidad” de quienes no tienen una buena tarde. No de aquellos que hacen de un síntoma una “conducta sin remedio”. Ahí está Ortega. El mejor ejemplo. Se preparó, se dejó ayudar. Cerró el pico y está corriendo como un pibe de 20 años. Claro que perdió velocidad pero tiene la movilidad que el año pasado no se le vio en Mendoza.
Se nota a las claras que hay un trabajo desde lo psicológico y lo físico que lo ha devuelto como un jugador en serio. Merecedor de la 10 de River. Gorosito no puede disculparse porque no tiene otro 9. Strahman debió ser retenido y si así no ocurrió le faltó autoridad.
Valga esta comparación. Este periodista asume haber cometido algunos furcios últimamente. La velocidad de la información hace que muchas veces se cometan errores impensados. Acentos, nombres que se confunden, etc. Sin embargo la calidad de los foristas de LPM han sabido corregirlos rápidamente. El rigor de quien escribe hace que uno se angustie frente a la equivocación y sabe que debe poner más cuidado en la calidad de lo que expresa.
El hombre frente a su producción siempre debe apuntar a la excelencia, sea un redactor ad honorem o una estrella del espectáculo. El hincha de River no sólo sabe de fútbol, también sabe de gramática y de cultura general. No se puede subestimar a aquellos que están del otro lado de la pantalla y mucho menos, a quienes dejan parte importante de su sueldo para ir a ver a figuras que cobran fortunas – no como una ordenanza del club- y sólo les devuelven palabras agotadas.
Mañana frente a Lanus no hay espacio para las “victimizaciones”. Hay que dar vuelta la historia con lo que hay. Es hora de que hablen los hechos. Basta de bla, bla.
Imagen: Fotobaires.
