Rodrigo Aliendro todavía está recomponiéndose y tratando de entender qué fue lo que le pasó en La Bombonera. Un rodillazo de Alan Varela que no fue sancionado ni siquiera con amarilla , de hecho Darío Herrera no cobró falta, originado por una traba del propio jugador de Boca le terminó provocando una una fractura de macizo facial con hundimiento del malar derecho y compromiso del piso de la órbita, por suerte sin daño craneal ni cerebral. 

La indignación se apoderó de los hinchas al ver la gravedad de lo que le había pasado al mediocampista y cómo Varela siguió jugando como si nada. Lo que siguió ya es conocido por todos: lo sacaron en camilla por la platea de Boca, quedó internado en el Sanatorio Finochietto y fue operado con éxito el lunes por la noche por un equipo de cirujanos especializados en cirugías maxilofaciales.

Peti recibió el alta médica al día siguiente e inmediatamente se dirigió a su domicilio para encarar la primera parte de la rehabilitación rodeado de la calidez de su familia. Tiene que hacer reposo pero no absoluto, por lo que puede levantarse y hacer alguna tarea en el hogar. Recién entre 15 o 20 días podrá ir al River Camp para hacer trabajos livianos en el gimnasio, trotar solo o pedalear en la bicicleta, nada que le pueda generar un golpe y le implique un riesgo.

En la cirugía se le colocaron tornillos y placas de titanio en la cara para reconstruir la zona dañada y que le van a quedar de por vida. No jugará por lo que resta del año y, de no haber ningún contratiempo, para la pretemporada de verano de 2023 podrá estar a la par de sus compañeros. Sin dudas que estos golpazos lo harán todavía más fuerte de lo que ya es. ¡Arriba Peti!