Los hinchas los piden a los dos en la cancha. Su jerarquía no se puede dejar de lado y para Martín Demichelis la pelea por ver quién será el nueve de River es un dolor de cabeza, de esos que los entrenadores dicen “disfrutar” a la hora de armar el equipo. El Millonario se da el lujo de tener Miguel Borja y Salomón Rondón en su plantel y es cada vez más recurrente la discusión sobre quién tiene que jugar de titular o si incluso hay lugar para que vayan los dos desde el arranque modificando el esquema táctico.

Hoy en día el puesto es del Colibrí, que lo ganó a base de goles y potencia durante el segundo semestre de 2022, pero su flojo encuentro ante Tigre abrió el debate sobre su titularidad indiscutida. Si analizamos la manera en la que Demichelis quiere que su equipo defienda, partiendo de la presión de los delanteros, parece difícil imaginar a Borja y Rondón juntos, por lo menos desde el arranque.

No son futbolistas que se sacrifiquen demasiado en el ahogo al rival en salida, no porque no quieran, sino por sus características, velocidad y contextura física. Borja es un definidor nato que de a poco le está sumando juego de espaldas y pivoteo a su repertorio, mientras que hasta ahora Rondón mostró ser el socio ideal para los segundos tiempos, con técnica, controles y movimientos dignos de un jugador de elite, aunque sin explosión. Además de tener mucha rudeza (mezclada con guapeza) para ganar duelos y fajarse con los rivales.

El escenario actualmente parece estar planteado para que solo uno de ellos ocupe el puesto de delantero centro, con una hipotética posibilidad de que compartan cancha en algún tramo de partido en el que River necesite ir por goles de forma desesperada.

Borja tiene un poco más de despliegue sin pelota que Rondón, pero el venezolano parece gozar de mayor facilidad para conectar con los volantes. Además, independientemente de quién sea el nueve, también hay que analizar de que manera juega River. Qué tipo de delantero (o delanteros, en plural)necesita Demichelis para ensamblarlo a su idea de un equipo vertical, vistoso, pero que no resigna el sacrificio defensivo y necesita conexiones constantes. ¿Qué hará Micho?