Leonardo Astrada dio detalles en LPM TV sobre las ‘mañas’ que tenía el defensor y que desembocaron en el conflicto Ameli – Tuzzio, epicentro en lo que fue la ejecución de la carrera del Coco en River.
El River del 2004 era un equipo amparado en la solidez de sus centrales. Horacio Ameli y Eduardo Tuzzio conformaron una dupla que parecía tener destino de consagración continental. Pero luego explotó la bomba de un conflicto extradeportivo que involucraba a los defensores y a la esposa de Tuzzio. Astrada, entrenador por aquel entonces aseguró que hasta el día de hoy no sabe cuál es la verdad del asunto. A su vez reconoció que el Coco tenía actitudes que complicaban la convivencia del grupo y despilfarró así la chance de consagrarse en River.
“Como jugador dentro del campo era un crack. Lo tuve como compañero y después fui su entrenador. Me senté mano a mano con el antes de agarrar River. Era un líder dentro de la cancha pero afuera no compartía un montón de cosas, llegaba tarde a las comidas, no respetaba ciertas normas de convivencia. Le dije que dentro de la cancha no tenía nada para decirle, pero en lo grupal no podíamos fastidiarnos y que si cumplía con las normas, renovara el contrato con River y me dijo que sí”, así arrancó Astrada contando cómo fue el proceso de Ameli bajo su mando en el Millonario.
“En el primer año estuvo todo espectacular. Después, cuando se tuvo que ir a México y volvió, empezó con todas las mañas de las que yo le había hablado”, admitió. “De lo que pasó con Tuzzio yo no se la verdad. A mi me mintieron porque nunca me dijeron la verdad. Me plantearon una situación y yo no se si es verdad lo de Horacio o lo de Eduardo. A nosotros eso nos desfavoreció mucho. La gente ya lo idolatraba a Coco porque no veía lo que hacía afuera del campo de juego”.
Sin cuentas pendientes, el Jefe cerró ese capítulo de su vida, aunque sabe que está inconcluso: “A Ameli no lo volví a ver, pero ya está, a mi no me tiene que dar ninguna explicación porque yo no se que es lo que pasó. Los únicos que lo saben son ellos dos. Yo me senté con cada uno y les dije que ya no los iba a tener en cuenta en su momento. No me costó, porque prefiero ir de frente y no tener que agachar la cabeza después porque no fui sincero”, aseveró.
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