¿Cómo será el día que no esté Marcelo Gallardo en el banco de River? ¿Quién será el próximo técnico que ocupe ese lugar? ¿Cuánto llegará ese momento?

¿Quién no se hizo alguna vez estas preguntas? Mientras disfrutamos de esta etapa gloriosa en la historia de River, es inevitable en algún momento pensar en el día después. Cuesta hacerlo porque ya van más de siete años del Muñeco como entrenador en Núñez y cualquiera quisiera que sea eterno. No hace falta enumerar razones para justificar ese deseo porque son más que evidentes y relucen desde el Museo hasta verde césped. Pero lo cierto es que a partir de hoy comienza una cuenta regresiva de 200 días para llegar al final del contrato de Gallardo.

El vínculo firmado por el Muñeco finalizará el 31 de diciembre, justo dentro de dos centenares de días. ¿Será ahí el final? Esa es la gran pregunta que hoy todavía no tiene respuesta porque se sabe que al DT le gusta esperar, tomarse su tiempo para evaluar y después decidir. En el medio habrá un cambio no menor: el contrato para los próximos años será propuesto por otro presidente.

A fin de año ya no estará Rodolfo D'Onofrio porque durante la primera quincena de diciembre serán las elecciones. Lo más lógico es que Jorge Brito, actual vicepresidente y candidato del oficialismo, sea quien ocupe el cargo. De su parte, ya está la intención de extender el vínculo con Gallardo por cuatro años, hasta fines del 2025, cuando nuevamente habrá elecciones. O sea, la totalidad del mandato del próximo presidente. Esa renovación en la conducción puede ser un cambio de aire que favorezca a la continuidad de Gallardo.

La capacidad de reinvención del Muñeco para mantener la exigencia, la motivación y la voracidad por sumar títulos está probada. Consiguió la gloria eterna en 2018 y ni después de eso se aburguesó sino que siempre fue por más. También está claro su deseo de potenciar el trabajo con los juveniles, que podría tener un nuevo impulso con algunos cambios en el 2022 tras la salida de Gustavo Grossi hace unos meses.

Pero, claro, siempre está la amenaza de que aparezca algún club europeo o alguna selección que se quiera llevar a Gallardo. Los últimos que lo intentaron siempre se encontraron con la respuesta de que tiene contrato con River y que podría evaluarlas siempre que fueran para comenzar a trabajar a partir del 1° de enero del 2022. ¿Entonces? La clave estará en la balanza del DT y ver para qué lado se inclina. Decir qué puede pasar hoy es hacer pura futurología.

Los desafíos para el próximo semestre

Por ahora, la cabeza del técnico está puesta en lo que vendrá a partir del miércoles, cuando se reencuentre con el plantel para encarar una nueva pretemporada, que arrancará con algunas bajas por la presencia de futbolistas en la Copa América. El primer desafío apunta al 14 y 21 de julio, días en los que se jugarán los dos partidos contra Argentinos Juniors por los octavos de final de la Copa Libertadores. Siempre es una obsesión para Gallardo: ya ganó dos y llegó a tres semifinales en las otras cuatro que participó. 

 

Además de diseñar el viaje a Estados Unidos para preparar al equipo, el Muñeco también está pensando en los posibles refuerzos, sobre todo ante la necesidad que se le presentará con el probable adiós de Rafael Santos Borré. Perder al máximo goleador del ciclo será una baja sensible para un River que después de disputar los octavos de la Copa tendrá un nuevo mano a mano con Boca por la misma instancia pero de la Copa Argentina. Y también, claro, un nuevo torneo de la Liga Profesional, ese campeonato local que todavía le es esquivo al currículum de Gallardo, el hombre que comenzó una cuenta regresiva: 200, 199, 198...