El estadio Monumental deberá ser una verdadera caldera el próximo martes en la revancha contra Atlético Mineiro para que River sienta el empuje de la gente y pueda empezar ganando el partido desde las tribunas. En ese sentido, una de las figuras del Galo anticipó que “va a ser un infierno“.

Se trata del argentino Rodrigo Battaglia, volante reconvertido a líbero por Gabriel Milito que se ha convertido en uno de los emblemas del Mineiro. “Buenos Aires va a ser un infierno, va a ser durísimo. Vamos a ir con los pies sobre la tierra y con mucha humildad para buscar el pasaje a la final”, expresó en diálogo con TNT Sports.

Battaglia, contundente: “La serie con River no está terminada”

El ex Huracán analizó el duelo de ida y opinó que fue “un partido bastante disputado más allá de que el resultado claramente no indica eso”. En la misma línea, ponderó que “salió lo que habíamos planeado” pero fue cauto para la revancha. “Sabemos que el Monumental con 90 mil personas aprieta, va a ser durísimo e internamente pensamos que la serie no está terminada“, afirmó.

Al respecto, argumentó: “Es una semifinal de Copa Libertadores, llegan los mejores equipos y sabemos el potencial de River, en su cancha y con su gente. Ese es el mensaje que yo le paso a mis compañeros y que Milito también les pasa. En el fútbol nunca nada está terminado”.

Lo cierto es que el Millonario de Marcelo Gallardo irá por una verdadera hazaña, sabiendo que tiene que ganarle por no menos de tres goles al equipo que ha demostrado ser el mejor de esta Copa Libertadores. “Veremos que plantea Milito e iremos atrás de eso, intentaremos ser lo más inteligentes posibles”, adelantó sobre el plan de juego del Galo en Núñez.

No caben dudas de que la gente una vez más estará a la altura. Como lo estuvieron las más de 4.000 personas que fueron a Belo Horizonte y se hicieron sentir en el Arena MRV. Varios hinchas fueron después del partido a respaldar y darle apoyo al plantel, y el próximo martes no habrá reproches, sino una fiesta para ir por una nueva épica de la mano de Gallardo.