Cada vez falta menos para el martes. Un día que claramente no será uno mas para todos nosotros. No hay un solo hincha de River que no esté pensando todo el tiempo en lo que pueda suceder esa noche. Se impone la pregunta: ¿Se puede dar vuelta?
Es que el panorama es bravo. Nada parecido a lo que esperábamos cuando comenzaba esta serie de Semifinal. Es un 0-3 con olor a eliminación. A partido irreversible. Son sensaciones de una jornada en la que nada salió como queríamos y que se convirtió en una pesadilla durante los días posteriores. El miércoles y jueves fueron bravos. No entendíamos como esa firme ilusión de ganar una nueva Copa Libertadores se convertía en algo tan frágil. Le buscábamos explicación a las imágenes del partido, a los goles del Atlético Mineiro y no encontrábamos consuelo.
River vs. Defensa, distracción y oportunidad desaprovechada
El viernes jugó River y por un rato enfocamos la mirada en el partido con Defensa y Justicia. Lo que vimos no nos gustó. Generó aún más preocupación. Pretendíamos que el equipo pudiera ganar para inyectarse ánimo y que aquellos futbolistas que vienen siendo suplentes, la rompan para convertirse en una alternativa que entusiasme de cara a la revancha del martes. Nada de eso pasó y las dudas crecieron.
El sábado nos encontró con ese gusto amargo de semana negativa. De reflexionar sobre el momento de River, de repasar declaraciones de Marcelo Gallardo tras el empate en Florencio Varela y darnos cuenta que el propio DT intenta ser optimista pero que también necesita encontrar argumentos para confiar en un cambio de realidad.
Hoy domingo es día de empezar a cambiar el chip, de renovar el espíritu. De darnos cuenta que del “Martes malo” ya pasaron muchos días y que para el “Martes bueno” falta muy poco. Es momento de transformar los pensamientos que invaden nuestra cabeza. Dejar de lado el pesimismo y empezar a contagiarse de una energía positiva que pueda generar un clima distinto y mejor. Es lo que podemos, y nos toca, aportar desde afuera.
Si empezamos a creer en una recuperación futbolística la cosa en la previa puede ir tomando otro color. El clima tan instalado de derrota se puede modificar. Y si eso sucede habrá un entusiasmo fuerte. De esos que son capaces de ayudar a cambiar lo malo por lo bueno. El Muñeco lo viene pidiendo en los micrófonos y los jugadores lo necesitan. Es verdad que la actuación en Brasil además de desconfianza provocó enojos. Ya pasó. Ya está. Ahora es momento de mirar para adelante.
Transmitir desde las tribunas, una de las claves
Lo que viene no es fácil pero tampoco imposible. Si la gente empuja y trasmite ilusión, los protagonistas lo absorben y se alimentan de ella. El Monumental con 90 mil hinchas encendidos es poderoso. Lo sabemos nosotros y lo saben ellos. Ganaron 3 a 0 y lo único que han mostrado en los días posteriores es respeto y cautela por la revancha. Entienden que venir a la Argentina a definir un pase a la Final de la Copa Libertadores en el estadio más caliente del continente no será tarea sencilla.
De eso se tiene que encargar el hincha de River. De que el Monumental sea un verdadero infierno el martes. Desde temprano habrá que mostrar que la gente no está resignada. Que concurre con la fe intacta de ver triunfar a su equipo y que está dispuesta a alentar durante los 90 minutos para que eso suceda. El clima de las tribunas deberá hacerse sentir. Habrá que exigir las gargantas y los corazones. Vivirlo como si no hubiese otra vez. Empujar a los nuestros, condicionar a los rivales y marcarle el terreno al arbitraje.
Fortalecer el espíritu de un grupo de jugadores que necesitan del respaldo para salir a exponer ese orgullo y amor propio herido después del golpazo recibido. A ellos tampoco les gustó lo que pasó. Tienen bronca por el resultado. Hay sed de revancha y ganas de saltar a la cancha a modificar la historia. Si entienden lo que hay en juego, la camiseta que se ponen y el lugar donde se disputa el partido entonces tienen serias chances de lograrlo.
Creamos en Marcelo Gallardo
Porque además de los 11 que salgan a jugar, en el banco estará sentado el mejor de los nuestros. Un hombre que durante todos estos días está ideando y planificando el partido perfecto para ser capaz de provocar una nueva hazaña deportiva. Creemos en él. También en los jugadores. Será clave que ellos crean en sí mismo. Que se den cuenta que el partido que se viene con Mineiro puede ser el más importante que van a disputar con estos colores.
Que hay que meter, correr y jugar más que los brasileños. Que el esfuerzo no se negocia y la actitud es fundamental. Hay que llevárselos por delante desde el primer minuto de juego. No darles respiro. Buscar con insistencia el gol que traiga paz y confianza a una noche que promete ser dramática. Ser inteligentes. No frustrarse si el primer gol no llega rápido, ni tampoco perder la compostura como equipo. Hay que estar siempre en partido y para eso es importante no recibir goles. Así como para anotar 3 veces el equipo de mitad de cancha hacia adelante deberá tener una noche brillante, es clave que hacía atrás no haya fisuras ni errores.
Como dijo el entrenador, se necesitará del partido perfecto de todos. Franco Armani tendrá que atajar todo lo que le tiren. German Pezzella demostrarle a Hulk y Deyverson quien es Campeón del Mundo y quien no. Nacho Fernández jugar con toda su experiencia copera y su cerebro futbolístico mas lúcido que nunca. Miguel Borja recuperar ese poder de gol y escribir su noche más gloriosa para que sea su ofrenda a Dios. Y así todo aquel que le toque jugar. Necesitamos la mejor versión de cada uno para que suceda ese partido que soñamos y del cual se hablará por los próximos 50 años.
A todo o nada: SE PUEDE
Es a todo o nada. Puede ser historia pura. El Monumental nos espera el martes pero también el 30 de noviembre en la Final. Tenemos que estar presentes cueste lo que cueste. Miren si no hay motivos para entregarse al máximo. Dentro de la cancha es la cabeza y el corazón funcionando juntos para que las piernas respondan. En las tribunas el alma, los nervios, las adrenalina, las ganas de gritar y la emoción que provocan estos partidos decisivos.
Estamos listos para otra gran batalla. Vamos perdiendo 3 a 0 pero todavía no estamos derrotados. A poner todo y no guardarse nada que la respuesta a la pregunta inicial es SI. ESTO SE PUEDE DAR VUELTA. A soñar, a creer, a ser positivos. A estar dispuestos a poner las manos en el fuego por River aún sabiendo que corremos el riesgo de quemarnos.