Le costó mucho al River muleto en su visita a La Plata. No logró nunca pisar fuerte ni hacerse firme. Ni aún ganando 1 a 0 hubo sensación de dominio o tranquilidad. Gimnasia con sus armas (que no son muchas) lo complicó de inicio a fin. En el primer tiempo, salvo los 10 minutos iniciales, el equipo de Gallardo nunca hizo pie. El local mordía en la marca, corría, metía y de esa manera lo fue borrando a River de la cancha. No había juego ni tampoco actitud. Movimientos lentos, escaso despliegue, infinitas imprecisiones y poca marca tanto en el medio como en el fondo.
Solo Jeremías Ledesma sostenía el resultado ante un Lobo platense que se fue animando con el correr de los minutos y la inexpresión física y futbolística que percibía del otro lado. Tan malo fue lo de River en los primeros 45 minutos que el director de la transmisión televisiva se hizo un festival con los gestos y las muecas del entrenador millonario. Y fue el propio Gallardo quien confirmó ese flojísimo rendimiento haciendo tres modificaciones desde el vestuario.
Gallardo molesto: triple cambio en el entretiempo
Los ingresos de Rodrigo Villagra, Franco Mastantuono y Maximiliano Meza lograron mejorar y renovar un poco la cara del equipo. Solo un poco. Villagra le dio mayor presencia al mediocampo y ayudó a Felipe Peña a estar más acompañado para poder jugar unos metros más adelante. Mastantuono fue de extremo por izquierda aportando aceleración y profundidad en los últimos metros. Lo mismo con Meza, recostado por derecha le dio juego y algo más de precisión al recorrido de la pelota. Igualmente no pasó a jugar bien, ni siquiera a ser dominador del trámite del partido. Nada de eso sucedió, pero fue tan feo lo que se había visto antes que esto al menos le permitía a River tener una expectativa diferente. Fundamentalmente en ese arranque del ST donde pudo conseguir un gol y pasar a ganar el partido.
El gol fue jerarquía pura. Excelente pase largo y claro de Felipe Peña para romper la defensa local, control, enganche y habilitación de Mastantuono para que Ignacio Fernández con un toque de zurda sutil y técnicamente perfecto, pueda ubicar la pelota al lado del palo y lejos de la estirada del arquero. Golazo. Esa gran jugada poco tuvo que ver con lo que pasaba antes y lo que paso después. Y es un buen disparador para reflexionar y llegar a la siguiente conclusión: River tiene jerarquía en el recambio pero lo que no tiene es presente y actualidad.
Jerarquía sin presente ni actualidad
¿Alguien puede discutir que esa definición de Nacho en el área no fue producto de su enorme jerarquía? Nadie. El tema es que es una aparición en 90 minutos. Una gran acción en una noche repleta de acciones erróneas. Fernández jugó mal pero con esa aparición logró el desnivel en el resultado. Lo mismo corre para Ramiro Funes Mori y Milton Casco. Nadie puede dudar de lo que rindieron y supieron dar con esta camiseta. Son apellidos importantes en la gloriosa historia reciente y hay un respeto muy grande por sus cualidades, sin embargo su actualidad nos genera profundos interrogantes.
Manuel Lanzini, la rompió toda en River durante el 2013 y 2014. Se afianzó durante una decada en el mejor futbol del mundo como es el de Inglaterra y fue convocado por la Selección Argentina para el Mundial 2018. Desconocer su jerarquía individual es de necio, no mencionar que con Gimnasia su actuación fue para 3 puntos también lo seria. Adam Bareiro es delantero de Selección Paraguay y probado en el Futbol Argentino siendo figura y goleador en un grande como San Lorenzo. Lo quiso Boca, lo trajo River. En este puñado de partidos es un delantero que no gravita, no pisa el área y cuando toca una pelota lo hace mal. Falta comprobar que será lo que suceda cuando sea bien asistido cerca del arco.
Pablo Solari era el mejor futbolista de Colo Colo cuando Gallardo puso sus ojos en él. Impactó con su velocidad y su capacidad para definir en ese arranque goleador con esta camiseta allá por el 2022. Fue Seleccionado en un Sub23 lleno de figuras y tiene características que no hay en este plantel. El problema es que hoy no gambetea un defensor, no tiene desborde ni aceleración y por lo general resuelve mal toda situación de ataque que pasa por sus pies. Un verdadero pecado.
La lista se amplia diciendo que Peña viene de un gran año en Lanús y ser un reclamo popular su regreso, que Sebastián Boselli, también pedido en algún momento por el hincha, fue campeón del mundo Sub20 siendo una figura clave en Uruguay, o Rodrigo Villagra fue motor fundamental del mejor Talleres de los últimos años y por eso River invirtió 8 millones de dolares en comprarlo. Y asi podríamos seguir con varios jugadores más.
Por eso creo que River tiene jerarquía en sus suplentes, pero no presente. Y aunque duela aceptarlo hoy en el fútbol argentino “actualidad mata apellido”. Los rangos se respetan pero no entienden de malos momentos. Hay que rendir siempre y mucho mas con esta camiseta que exige vigencia semana tras semana. Lo que se vió con Gimnasia fue malo y no nos dejó conformes. Como tantos otros partidos.
Entre los puntos perdidos en la Liga y la obsesión de la Copa
Lamentablemente se volvieron a dejar dos puntos en el camino en un Torneo que empieza a ponerse difícil. Por supuesto que la Copa Libertadores es prioridad. Lo sabemos, lo entendemos y así lo queremos. El deseo por lo internacional es mucho más fuerte que por lo nacional. Nuestra mente está puesta en la serie con Talleres que vamos ganando 1 a 0 y queremos cerrar de manera triunfal el próximo miércoles en casa. Para cumplir con ese deseo y objetivo copero se necesitará en algún momento del recorrido hacia la gran final de un recambio competitivo. De jugadores que puedan aportar lo que el equipo necesite en momentos claves y complicados. No alcanzará con apariciones aisladas y nada más. Hay que ser constantes y continuos para que Gallardo pueda recurrir cuando así lo disponga. La Copa, el campeonato y toda competencia que juegue River obliga a estar bien, acorde a la altura de esta camiseta y de trayectorias que recordamos, y recordaremos siempre, con tanta admiración.