La ilusión que generó Claudio Echeverri en River se pinchó rápidamente cuando él mismo anunció que a fin de año se marcharía, al ser transferido al Manchester City. Pero al Diablito todavía le quedan un par de meses en Núñez, y tiene la gran chance de irse en lo más alto con algunos objetivos importantes. El primero, el Superclásico de este sábado.
Será el primer duelo contra Boca jugado en La Bombonera para el chaqueño, ya que no dijo presente en la victoria 2-0 del año pasado, con Martín Demichelis en el banco. Y el último, teniendo en cuenta que pese a los rumores que surgieron sobre una posible extensión del préstamo por seis meses más, en diciembre partirá a Europa.
En ese escenario, Echeverri tiene el desafío, pero también la oportunidad, de demostrar de qué está hecho, y que puede ser un jugador de partidos importantes. Su técnica ya es conocida, pero esa rebeldía en duelos claves es un plus que no todos los futbolistas pueden sacar. Algo mostró en el Superclásico anterior disputado en Córdoba, y ahora lo puede ratificar en La Boca.
Claudio Echeverri sería titular en River para el Superclásico
Si bien Marcelo Gallardo no dio indicios sobre un posible 11, y lo terminará de definir en el entrenamiento de este viernes por la tarde, el Diablito es uno de los titulares que tiene muchas chances de jugar de arranque. El Muñeco pondría varios titulares y resguardaría solo a quienes lleguen tocados o entre algodones, pensando en la revancha con Colo Colo.
Con ese panorama, Echeverri pica en punta para ser titular y en todo caso salir en el segundo tiempo. Su presencia le aporta a River algo que ningún otro volante le da: desequilibrio individual y cambio de ritmo. A veces decide mal o se complica de más, y cuando el partido se pone áspero le cuesta ante tanta patada, pero está claro que cuando está encendido es un as de espadas para el Millonario.
Hay jugadores que quedan marcados por romperla contra Boca. Y por eso es el partido ideal para que Echeverri se luzca, River gane en La Bombonera, y el crack de 18 años comience a despedirse con los brazos en alto. La frutilla del postre puede ser la Copa Libertadores, pero por ahora, lo más importante viene este sábado, y es ni más ni menos que un Superclásico.