Parece totalmente paradójico decir que desde la salida de Gonzalo Montiel a mediados del 2021 hasta la actualidad, River no le ha encontrado una solución al lateral derecho, ni siquiera contemplando hasta el momento el regreso del propio campeón del mundo en Qatar. Pero por más ilógico que suene no deja de ser una realidad que a esta altura se ha convertido en una gran preocupación, sabiendo la importancia de ese puesto en los esquemas de Marcelo Gallardo.

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Y es por eso que, salvo en pocas excepciones, en todos los mercados de pases desde aquel momento hasta hoy el Más Grande ha salido en la búsqueda de reforzar esa posición, y ahora se le suma el hecho que tres de las variantes que tenía el Muñeco para estar detrás de Cachete están o estarán fuera del club a la brevedad. Esto se explica en Fabricio Bustos y Sebastián Boselli buscando nuevo club, y en un Milton Casco que ya emigró de Núñez.

Si bien Montiel no ha tenido un 2025 a la altura de lo que se esperaba de él cuando volvió a comienzos de año, un futbolista de su calidad y presencia ofrece garantías de evolución en algún momento y se espera que sea no solo uno de los líderes futbolísticos de cara al 2026 sino también uno de los grandes caciques del vestuario.
Las pruebas que fracasaron en los últimos años
Dicho esto, la realidad también marca que en su ausencia fueron todos experimentos regulares o malos los que pasaron por el club, o a los que hubo que acudir por extrema urgencia. Primero fue Robert Rojas, quien debió amoldarse a jugar ahí un tiempo sin ser su puesto natural y que, si bien aportó algunos goles importantes, le costó mucho ser determinante en ataque con pelota o llegada al vacío como exige el sistema de juego de River.
Por eso en su momento llegó la compra de Andrés Herrera, pero estuvo lejos de ser una solución porque el ex-San Lorenzo no estuvo a la altura de la camiseta. Y allí fue cuando se empezó a experimentar con Santiago Simón en ese lugar, a quien lógicamente le costó desde la marca. Y también fue Casco el que se tuvo que cambiar de banda y se sintió un poco más incómodo, y hasta se utilizó a Sebastián Boselli a quien prioritariamente se había incorporado como zaguero y era más una urgencia que una certeza allí en el lateral.
Todos esos causantes provocaron que River a medidados del 2024 haya ido a gastar fuerte nuevamente en el puesto con la llegada de Fabricio Bustos, de quien se esperaba muchísimo más y no pudo aprovechar sus oportunidades ni para ganarse un puesto como titular ni para ser una alternativa plenamente confiable de Montiel. Y aquí llegamos nuevamente al comienzo de la rueda de cara al 2026, donde hace falta cubrir ese hueco para los momentos en los que Cachete se encuentre ausente.
Con la casi caída posibilidad por Kevin Amaro, el juvenil uruguayo por el que pidieron una fortuna y River se bajó de esos números, hoy no hay otras alternativas firmes a la vista, y eso es algo que resulta bastante alarmante sabiendo que mirando a las Inferiores por el único que se ha apostado como lateral derecho es Lucas Obregón, quien al igual que pasó con Simón en su momento es un volante natural y con tintes más ofensivos.
La problemática es tan evidente como urgente, y considero que junto al puesto de volante central son los únicos dos lugares donde River no puede fallar el ojo y mucho menos escatimar desde lo económico. Si el presupuesto para este mercado será más austero que en los anteriores como se presume, las únicas buenas y grandes inversiones deben estar apuntadas al 4 y al 5, y el resto de los puestos se puede ser más flexible tratando de conseguir préstamos a bajo costo.
Pero de una vez por todas tenemos que garantizar una temporada en el que el lateral derecho deje de ser un problema y pase a ser una solución, confiando plenamente en que Montiel recuperará su plenitud futbolística y que aparecerá como alternativa alguien de mínima confiable que termine con este ciclo de cuatro años y medio de tantos dolores de cabeza.





