Una vez más el equipo quedó futbolísticamente en deuda. Otro partido que pasa y River no gusta, ni convence. Un 0 a 0 frente a San Lorenzo que fue más de lo mismo. Sin juego, ni frescura física y nuevamente con muy poco para destacar. No hay actitud ganadora. Tanto en el Nuevo Gasómetro, como en Vicente López y al igual que en el Monumental, River no pudo ser mas que su rival en el desarrollo de los 90′. Y no solo eso. Tampoco pudo imponer las condiciones del partido. En las tres fechas disputadas hasta el momento, se jugó como el oponente pretendia o se sentía cómodo. Y eso termina siendo lo mas grave de este inicio de torneo.
River juega feo. A un ritmo lento y previsible. Sin cambio de ritmo ni acciones veloces. En su prestación física, el equipo da la sensación de estar cansado. No hay conexión entre las distintas líneas, no abundan los pases cortos productivos, no se acierta en el pase largo y la gambeta para adelante se ve en cuentagotas. La mitad de cancha no prevalece en el trámite y las circunstancias del partido.

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Frente al Ciclon se buscó poblar más esa zona. Rodear mejor a Enzo Perez. Subir a Gonzalo Montiel y Marcos Acuña para volantear y tapar los buenos costados que tiene el rival. Se optó por poner a Giuliano Galoppo más cerrado como rueda de auxilio del 5 y a Manuel Lanzini arrancando a jugar y conducir desde ese sector. Lo planificado no salió. La línea de 3 por el empuje del local se transformó en línea de 5. Se lo ató ofensivamente a Galoppo y fue nulo su aporte en ese aspecto. A Lanzini nadie le llevaba la pelota y al tener que retroceder tanto para agarrarla dejaba aislado a los dos delanteros. Sebastián Driussi haciendo diagonales que nunca encontraron pases y Miguel Borja jugando a 20 metros del arco. River estaba partido. No fluía en el juego. Los dirigidos por Marcelo Gallardo jugaban como querían los hombres de Miguel Russo.

Manuel Lanzini y otro partido sin luces.
Nunca quedó claro que postura intentó sostener River. Si resguadarse para salir de contra o salir convencidos a buscar el partido. Lo que vimos nos termina dando la sensación que salió a ver que pasaba. Y eso fue un error. River fue tibio para jugar y para pelear. Intentaba elaborar pero no podía hacerse fuerte desde la tenencia de la pelota. Cuando no la tenía perdía en la fricción física. En cada balón dividido y en cada choque corporal se imponia el jugador vestido de azul y rojo. Hacía muchísimo calor en la cancha y jugar bajo el fuerte rayo de sol en pleno verano es un nuevo mamarracho de la AFA, pero no es una excusa. El clima adverso era para los dos y sin embargo a San Lorenzo se lo vió siempre con más energía.

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Así y todo las acciones mas peligrosas del primer tiempo fueron para River. Un remate claro frente al arco y desde una posicion favorable que Lanzini mandó por arriba. Una gran acción individual del colombiano Borja, quien ganó la espalda de su marcador, se frenó y perfiló para sacar un fuerte remate bien tapado por Orlando Gill y un cabezazo limpio de Paulo Díaz que reventó el travesaño y Lucas Martinez Quarta no pudo aprovechar el rebote. River pudo irse al descanso en ventaja a pesar de no haber jugado bien. En el segundo tiempo continuó su baja performance y prácticamente ya no generó riesgo. Los cambios no mejoraron lo que se veía ni tampoco le dieron un plus físico a un equipo de andar cansino. El empate terminó siendo un resultado al cual aceptar teniendo en cuenta el pobre rendimiento del equipo.

Gallardo todavía no encuentra el juego ni la identidad futbolística.
Semana para trabajar y corregir urgente los errores
Habrá una semana larga que en River entienden será beneficiosa. La pretemporada fue realmente muy fuerte en lo físico y planificada pensando más al largo plazo que en lo inmediato. River lleva 5 partidos (2 amistosos y 3 oficiales) en apenas 15 dias y eso tampoco ayuda. Habrá por primera vez un día y medio de descanso para los jugadores que parece necesario. En una zona de 15 donde clasifican 8 equipos no hay urgencias de resultados. Por supuesto que hay que mejorar la imagen. Será fundamental empezar a jugar bien e intentar ganar seguido. El River que muchos denominaban “Europeo” debera “Argentinizarse” rápidamente. Es evidente que este inicio no es el deseado y enciende alguna alarma que deberá apagar frente a Independiente el proximo sabado.
El contraste entre lo imaginado y la realidad es duro de asimilar. Difícil aceptar que esta sea la imagen actual de River. También es cierto que la Copa de la Liga empezó hace apenas una semana y ese es un tiempo corto e ilógico para ya tener sentencias y sacar conclusiones definitivas. Confío en que el equipo en los momentos que se defina todo se hará presente. Dará la talla. Prefiero pecar de optimista antes que ver ese futuro oscuro que muchos ansiosos vaticinan. Se necesita mas tiempo de trabajo. Los futbolistas encontrarán su ideal físico y con eso potenciaran la confianza. Volverá el Pity Martinez. Llegarán más refuerzos. Y este mal arranque futbolistico quedará atrás. Estoy seguro (y que quede esta columna como archivo inmodificable) que pronto veremos ese River que nos gusta e identifica. Ese equipo confiable y ganador que por ahora brilla por su ausencia y no apareció en estas fechas iniciales.