”Esta vez la moneda cayó de nuestro lado”, fue la reflexión bañada de desahogo que manifestó Marcelo Gallardo una vez consumada la clasificación a cuartos de la Libertadores después de haber sufrido como premisa. Pero en el fútbol, como también pasa en la vida, siempre hay que saber ayudar a la suerte. Y fue allí donde desde las tribunas la gente conscientemente entró a la cancha a jugar su gran partido.

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Sí, había un descontento general de buena parte del público post desahogo cuando el pueblo riverplatense empezó a caminar por las calles aledañas rumbo a sus casas porque River no se puede permitir el hecho de caminar por la cornisa en una serie que debió haber resuelto de otra manera y con otras formas, pero también muchas veces hay que entender que en todo camino hacia un gran objetivo siempre existen caminos de empedrado, y que hay que saber superarlos.
Los grandes flashes de la noche respecto a los hinchas se dieron en los minutos previos a los penales, y allí es doblemente meritorio el impulso porque el hecho de haber perdido las últimas ocho tandas puede derrumbar las ilusiones de cualquiera. Sin embargo el grito no solo fue sostenido sino también sentido. Se alcanzó a respirar en el ambiente del Monumental optimismo sincero en un contexto muy difícil de sostener ese sentir, como si esta vez sí se podría torcer nuestra historia fatídica penalera. Inclusive cuando Marcos Acuña erró el suyo y todo podía complicarse más de la cuenta, los decibeles de sonido en el estadio seguían brillando en su máximo esplendor.
”Se nos estaba dando todo en contra, y en medio del negativismo que encerraba nuestra historia con los penales la gente apareció”, reconoció además un Muñeco que no se privó de ponderar al público en una situación muy tensa, inclusive cuando todas las señales del trámite nos hacían imaginar un final de historia muy triste que por suerte no ocurrió. La ley del ex de Robert Rojas, la expulsión de Galoppo, el desconcierto de los últimos minutos donde nos dejaron vivos cuando nos tuvieron agonizando en el piso. Nada fue capaz de sacar del eje al griterío y el apoyo de la tribuna, e indudablemente encontramos el mejor plus en la absoluta adversidad.
Los otros grandes momentos de los hinchas en el Monumental
La relación de la gente con Miguel Borja ha fluctuado una y mil veces en los últimos tiempos, pero en los partidos recientes hubo un vuelco positivo y favorable que primero partió desde el colombiano de adentro hacia afuera con un cambio de actitud y hasta un par de pedidos de perdón por goles errados. Y cuando alguien muestra la actitud de querer revertirla, el hincha siempre va a reconocer el esfuerzo y el temple que el 9 no había mostrado en otro tipo de instancias decisivas. Y esto también es un punto favoravle a destacar, porque hace a mejorar una atmósfera positiva en momentos difíciles.
River la pasó mal. Todos lo pasamos mal hasta que llegó esa atajada hermosa de Franco terminando la historia como él lo merecía. Pero rescatemos esas señales y esa mancomunión entre jugadores e hinchas. Por supuesto que se les tiene y se les va a exigir que en lo decisivo que se viene hay que estar mucho más a la altura de las circunstancias. Pero permitámonos un segundo para agarrarnos de algunas señales, y que todo esto haya pasado antes de la serie con el gran candidato Palmeiras puede ser un factor que ojalá recordemos a fin de año.
Nuestra gente estuvo siempre. Está siempre. Y estará siempre. Las circunstancias adversas nunca fueron un enemigo a temer. Ahora necesitamos que este grupo de jugadores de una vez madure como equipo para que ese empuje también sea sostenido desde las mejores posibilidades de pelear por la gloria hasta el final, y eso depende exclusivamente de Gallardo y de ellos. Los hinchas nacimos con esa exigencia innegociable y, como también dijo el Muñeco, si era la noche para sufrir bienvenida sea mientras sea un resultado positivo. De ahora en adelante, tendrán que ser ustedes los responsables de jugar los los partidos con mucho más brillo como el que aparece siempre en la Sivori, la Belgrano, la Centenario y la San Martín.





