La Copa Argentina es traicionera y te puede dejar muy expuesto en tan solo una mala noche. Es capaz de convertirse en una verdadera pesadilla si esa derrota es en las fases iniciales o ante rivales que transitan los diferentes torneos de ascensos que tiene nuestro país. Eso la convierte en una copa atractiva. Por el morbo que genera toda ilógica futbolística que posibilite ver al debil ganarle al poderoso. Esos desafíos enfrentaba River en Santiago del Estero. Tenía prohibido tropezar. No solo por el presente y su futuro deportivo. También por el pasado reciente de las últimas ediciones donde se sufrieron eliminaciones dolorosas y aun hoy inentendibles.
River fue superior y ganó bien
River ganó muy bien. Es cierto que el 3 a 0 final puede resultar un tanto exagerado si se analiza al detalle el tramite de partido parejo que se dió durante gran parte de los 90 minutos. Hasta el segundo gol que marcó Giuliano Galoppo, no existía esa diferencia de tres goles. A partir de ahí el encuentro se rompió y desató un festival millonario que le permitio lucirse los últimos 15 minutos, anotar el tercero y hasta tuvo oportunidades para convertir un cuarto tanto.

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El triunfo es justo y merecido. La diferencia de jerarquía apareció en los momentos oportunos del encuentro. Gonzalo Montiel convirtió por primera vez en su vida dos goles en un mismo partido y volvió a ser una alternativa peligrosa en ataque. Facundo Colidio no anotó pero fue la figura de la cancha con esa gambeta para adelante y ese R1 que parece tener cada vez que encara y acelera con pelota dominada. Entró muy bien Juan Fernando Quintero y eso nos entusiasma a todos. Marcos Acuña jugó un partido serio y mantiene su imagen mejorada. Hasta Franco Armani dijo presente cada vez que fue necesario que lo haga. Estos apellidos fueron determinantes para volcar a favor el resultado y superar a un equipo tucumano de menor jerarquía pero que corrió, metio e intentó hasta donde pudo. River hizo lo que tenía que hacer. Eso esta claro. No hay epica ni elogios desmedidos para esta victoria pero tampoco hay que minimizarla. Ganar era su obligación y por eso no será tapa de diarios ni portales como lo hubiese sido en caso de una derrota y una eliminación inesperada. Tras algunos resultados negativos de varios equipos importantes había que ganar y dar la cara. Muchos se sentaron frente al televisor esperando ver perder a River para que el dolor que experimentan en la actualidad encuentre algun consuelo y un poco de alivio dentro de sus crisis. Por ahora deberán seguir esperando.

Galoppo marcó el segundo de River en Santiago del Estero.
Lo que no convenció
Asi como en las líneas anteriores mencionamos los aspectos positivos, también hay que escribir sobre lo que no gustó ni convenció de esta nueva actuación. A River otra vez le costó recuperar la pelota. Necesitó cometer muchas faltas para interrumpir las acciones ofensivas del rival. De a ratos le manejaron el balón. Eso fue generando una sensación de riesgo para esa ventaja minima de apenas un gol que tenia e intentaba mantener. Es verdad que no pasó de eso. De sólo ser una sensación porque sustos concretos casi no tuvo. En ese tramo faltó presencia en la mitad de cancha. Ni Enzo Perez, ni Kevin Castaño se hicieron fuertes. Intentó colaborar Matias Galarza con su despliegue pero tampoco alcanzó. River deberá crecer y mejorar colectivamente como bloque defensivo para no tener que depender de una individualidad que por ahora no se destaca en el rubro recuperación.
El otro aspecto negativo fue la noche de Miguel Borja. Es cierto que se lo vió más activo y con más movilidad que en otras veces pero fue alarmante su ineficacia frente al arco. Al Colibri habitualmente lo defienden sus goles. Cuando no convierte el contraste es muy grande. Su relación actual con la gente no pasa por un buen momento y la única manera de reconciliación posible es haciendo goles. La jornada de Santiago del Estero pintaba ideal para eso. Lamentablemente no la pudo aprovechar ni siquiera con un rival que sobre el final quedaba abierto y daba espacios. Erró mucho y se lo vió gesticular y terminar animicamente afectado por ese motivo. Marcelo Gallardo lo respaldó en la conferencia de prensa pero esta claro que el colombiano tiene que levantar si quiere jugar seguido. Cuando Maxi Salas y Seba Driussi esten aptos desde lo físico, parece no tener lugar si mantiene este bajo rendimiento.

Borja tuvo otra noche para el olvido y no pudo convertir.
River ya esta en octavos de final. Ahora lo espera Unión de Santa Fe mientras en el radar del torneo ya aparece Independiente en Avellaneda y pocos dias después será el turno de Libertad en Paraguay por la Copa Libertadores de América. Es positivo este arranque victorioso y será muy importante poder darle continuidad en todo lo que se viene. La triple competencia exige, demanda y no es para cualquiera. River deberá seguir creciendo en su juego, autoestima y personalidad para conquistar algún título importante en este 2025. Siempre hay que dar mas con esta camiseta. Si el equipo funciona y empieza a creer en su idea encontrará ese rumbo que todos pretendemos. Mientras tanto es clave ir ganando. Hay que disfrutar este triunfo y valorar seguir con vida en esta Copa Argentina que, a excepción de River, se va devorando a todos los demas equipos grandes.





