El estadio Monumental fue un enorme salón de fiestas para que la gente de River pudiera celebrar otro nuevo triunfo frente a Racing: 2-0, con baile incluido. Tan grande resultó la diferencia futbolística que los 64.000 hinchas del Millonario se dieron el gusto de apelar al siempre querido “oooleee” ante cada pase acertado mientras los adversarios corrían sin entender cómo neutralizar la tarea del equipo que dirige Marcelo Gallardo.

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Antes del partido las calles cercanas a la cancha tuvieron como protagonistas al calor agobiante y la recolección de firmas para que vuelvan los puestos ambulantes de choripanes, hamburguesas y bebidas. Avenida del Libertador fue el principal punto para sumar adeptos mediante planillas, mientras que sobre Udaondo se repartieron volantes para explicar en qué consisten los reclamos.

Una vez adentro, se produjo un respetuosominuto de silencio -salvo por algunos maleducados- en homenaje a Emiliano Sala, el delantero argentino que falleció hace unos días en el Canal de la Mancha luego del accidente aeronáutico que culminó con el hundimiento de la avioneta que lo trasladaba desde Nantes a Cardiff. Hubo aplausos y emoción en Figueroa Alcorta 7597, aunque la situación llamó a la inevitable burla posterior hacia Boca.

El minuto de silencio por el fallecimiento de EmilianoSala (FOTO: Getty)

Tras las tres caídas consecutivas en Núñez, el panorama cambió por completo en cuanto a lo netamente futbolístico. Los fanáticos disfrutaron del nivel que mostró River y alentaron durante toda la tarde noche a través de un enorme repertorio. Además de “River, mi buen amigo”, “el que no salta, abandonó”, “dale, campeón” y “borracho, siempre voy descontrolado”, hubo espacios para los ovaciones personalizadas.

Juan Fernando Quintero, autor del golazo de tiro libre, recibió un “olé, olé, olé, olé, Juanfer, Juanfer”. También escuchó un “Quinterooo, Quinterooo” cuando se acercó a la tribuna Sívori para ejecutar un córner. Milton Casco se dio el gusto de ser el otro gran ovacionado tanto por la jugada que provocó el 2-0 definitivo como después de dejar en ridículo a Ricardo Centurión: “Olé, olé, olé, olé, Milton, Milton”.

Justamente el número 10 de La Academia fue motivo de chicana permanente: en el momento que Eduardo Coudet -fue aplaudido al ser mencionado por la voz del estadio- decidió incluirlo, surgió un “pisala ahora, la pu… que te parió”. Luego, a modo de ironía, llegó el turno de “ponelo a Centu, la pu… que te parió”.

La noche concluyó con alegría, aplausos y reconocimientos al campeón de América. River regresó a la versión que tantas satisfacciones le dio a la gente. El entusiasmo está completamente renovado a pocas semanas para el debut en la Copa Libertadores ante Alianza Lima, previsto para el miércoles 6 de marzo en Lima, Perú.

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