El torneo local continúa siendo una cuenta pendiente para River conMarcelo Gallardo. Desde que asumió en junio de 2014, el Muñeco no pudo dar la vuelta olímpica: dio pelea en el Torneo de Transición 2014, perdió terreno en el Campeonato 2015, tuvo una floja campaña en el Torneo de Transición 2016, dio batalla en el Campeonato 2016/17, mostró un papel irregular en la Superliga 2017/18 y cerró con balance positivo su rendimiento en el certamen recién concluido.

¿Cuáles son las razones para considerar de manera positiva lo hecho en la Superliga? Para empezar, River venció 2-0 a Boca en el Superclásico que disputó como visitante el 23 de septiembre de 2018. Y si bien nunca pudo ser parte de la zona de vanguardia, logró recuperarse de las lesiones y las bajas como Gonzalo Martínez y Jonatan Maidana. Dejó atrás un pésimo comienzo de año, tras el desgaste lógico por haber obtenido la Libertadores, y subió rápidamente en la tabla de posiciones hasta arrebatarle el cuarto puesto a Atlético Tucumán.

Esa cuarta ubicación en la Superliga permitió que el Millonario no sólo se garantizara su participación en la fase preliminar de la Libertadores 2020, sino también la intervención a partir de octavos de final en la Copa de la Superliga. Y si bien es cierto que la historia del Más Grande demanda pelear arriba en cada torneo, es imposible omitir un contexto en el que la apuesta exitosa dio resultado al levantar el máximo trofeo continental frente al rival de toda la vida.

Los números de River en la Superliga reflejan un final con 45 puntos, producto de trece triunfos, seis empates y seis caídas, con 42 goles a favor y 21 recibidos. El principal artillero del equipo fue Juan Fernando Quintero, con cinco tantos, seguido por Cristian Ferreira, Lucas Pratto, Rafael Borré e Ignacio Scocco. Tan sólo sufrió dos expulsiones (Lucas Martínez Quarta y Nicolás De La Cruz), tuvo seis penales a favor y le sancionaron dos en contra.

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