Claudio Echeverri se va de River, eso es un hecho. Seguirá su carrera en el Manchester City y durante 2024 estará a préstamo en el Millonario, algo que no cayó demasiado bien en muchos hinchas, cuya relación con el protagonista de esta novela quedó muy trastocada. El Diablito eligió mal los caminos para irse del club que lo formó durante toda su vida y se dejó llevar por su entorno.

¿Qué es lo que pasó exactamente? Rebobinemos. A principios de 2023, el Diablito, con sus 18 años recién cumplidos, firmó su primer contrato con River hasta diciembre de 2024. No era un desconocido, ya había muchas esperanzas depositadas en él y todos sabían de su talento y proyección, con aquellos videos cuando tenía 10 años y gambeteaba jugadores europeos en un torneo amistoso.

El Mundial Sub 17 fue lo que lo hizo explotar y desembocó en el avance a fondo de Manchester City para cerrar la transferencia en 29 millones de euros brutos que se fraccionarán en un monto importante a la firma y el resto en objetivos, a cumplir durante su año a préstamo en el Más Grande y lógicamente cuando ya esté en Inglaterra.

Echeverri firmará un contrato por varias temporadas en el City.

¿Por qué River solo le firmó dos años de contrato a Echeverri?

Partiendo desde el punto legal, River estaba en condiciones de firmarle un contrato por tres temporadas a Echeverri, es decir hasta el 31 de diciembre de 2025. Así lo marca el reglamento de FIFA, que permite contratos de hasta esa duración para jugadores menores de 17 años. ¿Jorge Brito solo se conformó con los dos años?

Según información exclusiva a La Página Millonaria, River quedó acorralado y casi que no tuvo alternativa. El deseo de la dirigencia siempre fue que Echeverri tuviera un contrato a largo plazo y que no se quedara corto como terminó pasando, pero el jugador se vio influenciado por su entorno y desde un primer momento la postura de no extender el vínculo fue prácticamente inflexible.

Enzo Montepaone, representante del jugador, jugó un papel fundamental (lamentablemente para River) para este desenlace, al invalidar cualquier propuesta que el Millonario acercó. Hubo charlas, hubo llamados, la relación se mantuvo, pero concretamente desde el lado de Echeverri jamás dieron la luz verde para renovar.

El representante de Echeverri perjudicó a River en las negociaciones.

En principio, River le firmó por dos años a Echeverri porque fue el acuerdo que logró con el jugador después de largas negociaciones. Legalmente estaba amparado para hacerle un año más de contrato (y de hecho luego intentaron extenderlo) pero no hubo forma de llegar a algo más y quedó contra las cuerdas.

¿El culpable absoluto es Echeverri y su entorno? No, lógicamente que la dirigencia tiene un porcentaje de responsabilidad porque es una gestión que no llegó a buen puerto y merecerá una autocrítica interna, pero la postura de la gente que trabaja con Echeverri perjudicó y mucho a River. No así la de su familia, que siempre se mantuvieron con el pensamiento de que el Diablito no podía irse libre de ninguna forma después de todo lo que River le dio.

El fútbol europeo, una seducción a la que es difícil de escaparle

Al fin y al cabo y como ya pasó en varias ocasiones, los clubes del fútbol argentino terminan siendo rehenes de los representantes, sus intereses y las influencias que puedan tener sobre los jugadores que representan. Las instituciones podrán tener toda la voluntad y deseo de renovar contratos o realizar determinado tipo de venta sin que ningún agente los apure, pero la realidad marca lo contrario.

En defensa de Echeverri, que surgió de un hogar humilde y se hizo desde abajo, no es fácil mantenerse enfocado y decirle que no a la oportunidad de jugar en uno de los equipos más grandes del mundo. Pero equivocó los caminos y se portó mal con el club. Club del que es hincha y al que quiere mucho, sentimientos que lamentablemente quedaron de lado y se vieron opacados, en gran parte por su representante.