Andrés Merlos decretó el final del partido y en el Monumental se desata una verdadera locura. Todos corren para abrazar a la persona más cercana y festejar con algún compañero. Pero Pablo Solari permanece en su lugar, atónito, mirando el escenario que lo rodea y agarrándose la cabeza. Es que después de atravesar varias malas, finalmente cumplió ese sueño que imaginó cuando era bien pibe: salir campeón con la camiseta que ama desde la cuna y por herencia familiar.
Si de familia se trata, no hay un solo momento en el que Pablo César deje de mencionarla. Es el pilar fundamental de una historia que recién está escribiendo sus primeros capítulos. Por eso hay lágrimas de absoluta alegría en esos festejos de Solari, pero también de mucha nostalgia: “Soy un nene cumpliendo un sueño. Espero que sea el primero de muchos. Es increíble por todo lo que viví, todo lo que trabajé para estar acá. Por eso me emociona y lo miro de otra manera”, expresó como pudo ante los micrófonos de TNT Sports.
Con un gorrito piluso en la cabeza y la voz entrecortada, Pablo Solari siguió Con un gorrito piluso en la cabeza y la voz entrecortada, Pablo Solari siguió agradeciendo a los suyos, en especial a una persona que lo marcó a fuego desde muy pequeño: “Me banqué muchas cosas, me perdí muchos momentos con la familia, en especial con mi abuela que desde el cielo me está apoyando”, afirmó el ex Colo Colo. Y añadió: “No se lo deseo a nadie. Creo que caí en lo más bajo que uno puede caer, pero mis compañeros y mi familia me ayudaron mucho. Siempre voy a estar agradecido a este grupo de trabajo”, reconoció ante la consulta de La Página Millonaria.
Pablo Solari tampoco se olvidó de Arizona, sus pagos en esa San Luis natal que lo vio jugar en los primeros potreros junto a sus hermanos y amigos de la infancia: “Confío mucho que mi abuela me regaló esto, siempre de algo malo se saca algo bueno. Solamente quiero dedicarle este título a ella, a toda mi familia, a todo Arizona que siempre estuvo. Ellos me veían cuando la luchaba en Talleres y vivir esto es una emoción increíble”, añadió el joven delantero, mientras miraba de reojo el Monumental festejando ese título que no olvidará jamás.