La Selección Argentina de Lionel Scaloni llena todos los casilleros. No solo juega muy bien al fútbol, cuando puede y tiene las condiciones para poder hacerlo. Es un equipo que también saca a relucir la garra, el coraje y el corazón en la adversidad, cuando no alcanza solamente con el juego. Y es un grupo que representa como nadie a los hinchas, por encima de cualquier consideración táctica, estratégica o futbolística.
Un poco de ese combo de virtudes es lo que sacó a relucir el equipo de Lionel Scaloni este martes por la noche en el Estadio Maracaná, en la visita a Brasil por la fecha 14 de las Eliminatorias Sudamericanas. Es que hubo un partido caliente, que comenzó picado en las tribunas, con una brutal represión por parte de la policía local contra los hinchas argentinos. Y luego toda esa locura se trasladó al campo de juego, donde hubo una seguidilla de foules y de agresiones pocas veces vista en un Brasil-Argentina.
La Selección Argentina sacó a relucir su chapa de campeón del mundo y terminó festejando en el Maracaná gracias al golazo de cabeza de Nicolás Otamendi. No fue una celebración más: luego del pitazo final, los jugadores de la Albiceleste fueron hasta la cabecera donde se encontraba el grueso de los hinchas argentinos y allí festejaron el triunfo. Una dedicatoria especial para los fanáticos que hicieron el aguante y soportaron el maltrato en la previa del clásico.
Los que encabezaron la fila de los jugadores que fueron a festejar con la gente fueron Enzo Fernández y Julián Álvarez. El mediocampista, un poco más adelante que el delantero, se puso a saltar a la par de los simpatizantes y sacar los cantitos clásicos de la Selección Argentina. De inmediato, el ex volante de River se abrazó con Exequiel Palacios y aparecieron también Germán Pezzella y Lucas Ocampos, todos productos del semillero millonario.
Unos metros más atrás, Julián Álvarez apareció junto a Lucas Martínez Quarta, otro ex River. También se abrazaron y comenzaron con el aplauso coreográfico de los hinchas. El cordobés dejó desatar toda esa bronca contenida y celebró como un hincha más, al igual que sus compañeros. Un desahogo que continuó minutos más tarde en el vestuario, en una noche que arrancó para el escándalo y termino en un nuevo “Maracanazo”.
Un triunfo para la historia en el Maracaná
La Selección Argentina no solo consiguió ganar un clásico picante y necesario para seguir en lo más alto de la tabla de posiciones de las Eliminatorias Sudamericanas: también se llevó un duelo que quedará grabado en la historia de los clásicos contra Brasil en condición de visitante.
Con el triunfo en el Maracaná, la Albiceleste cortó el inivicto histórico que ostentaba Brasil en las Eliminatorias, donde nunca había perdido un solo partido de local. Además, Argentina igualó el historial de partidos oficiales -ahora los dos tienen 42 victorias- y cosechó su segundo triunfo consecutivo en el Maracaná, un hecho también inédito.