Enzo Nicolás Pérez es el emblema y el gran referente de River dentro de la cancha, pero también es un hincha fanático del Más Grande. Más de una vez reconoció que le costó su llegada al club porque tuvo que convivir con las dos facetas, la de jugador e hincha, y que también tuvo que bajar un cambio a la hora de los gestos y de las expresiones para no condicionar su rol dentro del equipo. Sin embargo, este dilema que acompaña al mendocino desde que tomó la decisión de dejar la comodida de Valencia para venir al club de sus amores quedó atrás cuando sonó el pitazo final de Andrés Merlos.
River se coronó campeón de la Liga y el futbolista profesional quedó al margen, al menos por un rato. Enzo Pérez fue uno de los más efusivos a la hora de comandar los festejos, aunque también vivió un tierno momento familiar con la presencia de su hija dentro del campo de juego. Se lo notó visiblemente emocionado, sabiendo que tal vez sea uno de sus últimos títulos con la camiseta del Más Grande. “No me quedan más sueños que cumplir en River”, soltó como una dolorosa confesión luego del partido ante Estudiantes.
Más allá de las emociones y del momento familiar, el capitán millonario volvió a vivir un ida y vuelta muy especial con los hinchas de River. Fue ovacionado en la entrada en calor y también cuando Demichelis decidió reemplazarlo a los 10 minutos del segundo tiempo, con el partido ya liquidado. Y en plena vuelta olímpica, Enzo Pérez repitió el mismo ritual que utilizó luego del último superclásico: saltó los carteles de publicidad y apuntó a la Sivori inferior, donde se encuentra una de las populares. El mendocino se trepó, saludó a los hinchas y se puso a cantar junto a la gente, revoleando una camiseta, como un fanático más. Una imagen más que elocuente de cómo siente Enzo Pérez cada momento que vive en River.