Julián Álvarez cumplió con la inexorable ley del ex. No, no es un error. La Araña ya había jugado en el Real Madrid y con el golazo que le marcó ayer en la semifinal de la Champions League, hizo valer la famosa ley del ex. La mayoría de los hinchas conoce la historia moderna de Julián: de romperla en Reserva, a descollar en Primera con Gallardo hasta su presente en el Manchester City.
Pero lo que pocos recuerdan es que el oriundo de Calchín estuvo un mes en las inferiores del Real Madrid y hay varias fotos suyas con la camiseta del Merengue. Tenía solo 11 años y la rompía en el fútbol cordobés, por eso su talento no tardó mucho en despertar interés en propios y ajenos. Hasta la Araña llegó Piero Foglia, un cazatalentos reconocido.
30 días duró la estadía en el Real Madrid y tuvo que volver en Argentina. ¿Porque en la Casa Blanca no quisieron ficharlo? En absoluto. Todo lo contrario. Quedaron encantados por su destreza y habilidad en los campeonatos juveniles que jugó (donde fue goleador), pero al ser menor de 13 años no podían inscribirlo. “Participó de algunos torneos, incluso fue goleador. Pero como era menor, el Real Madrid no podía fichar chicos de esa edad”, explicó Ricardo Varas, uno de sus primeros entrenadores.
La familia de Julián tampoco tenía en los planes mudarse a España, porque eso conllevaría un sin fín de trámites, además de tener que conseguir trabajo para que todos subsistan mientras él daba sus primeros pasos. Por este motivo, se tuvo que volver a la Argentina. Se probó en Boca, estuvo cerca de quedar en Argentinos Juniors, pero la Araña quería jugar en River y por eso a fines de 2015 los caminos se unieron.
Se presentó a una prueba en Córdoba, ya con 15 años, lógicamente pasó todas las evaluaciones y se mudó a la pensión de River un tiempo después. Lo que siguió es conocido: destacó rápido en Séptima, luego en Sexta, saltó a la Reserva y pasó a estar bajo el ala de Marcelo Gallardo durante 2018. Nacido para triunfar.