Martín Demichelis vivió una emoción indescriptible el pasado domingo cuando River le ganó a Boca por 1 a 0 en un superclásico sin equivalencias desde el juego. El Más Grande pasó por encima al rival de toda la vida y terminó ganandole en la última jugada del partido, una vez terminado el mismo Micho se emocionó casi hasta las lágrimas, lo celebró con su hijo en el campo de juego y con su el resto de su familia que lo miraba desde la tribuna.
Demichelis se entrevistó con Olé y contó cómo fue el día después del superclásico: “No me pasé mirando los programas. Es una manera de ser terrenal, de no entrar en una confusión mediática para pensar que hemos alcanzado el éxito por haber ganado un partido o varios partidos. Así, ni tampoco cuando vienen las malas uno se siente tan desastroso por lo que se diga. Honestamente, si prendo la televisión es para ver un partido o alguna película con mi familia. No es que ayer al mediodía me senté a almorzar y me comí los programas a ver qué se decía. Intento hacer oídos sordos para que no me confundan las opiniones”.
“Creo que hubo cantidad de jugadas donde se pueden abrir debates pero que fueron para ambos equipos. Y mi sensación, si me dejás opinar, es que hubo penal porque el contacto existe. Y no fue un penal “poco cobrable”. No, no, no hay un medio embarazo: o es embarazo o no es embarazo. Existe un contacto y le pega en la pantorrilla, es penal”, dijo Micho respecto a la actuación de Darío Herrera, el árbitro del partido.
En relación al planteo de Boca dijo: “Formar una línea de cinco no significa tampoco ser más defensivo. Que no se malinterprete eso, Jorge es un entrenador que termina creándole una identidad a sus equipos y le tengo un máximo respeto. Ellos venían de dominar a dos rivales con ese sistema, ante nosotros habían cambiado solamente a Weigandt por Valentini, pero después las funciones no variaban. Fuimos nosotros los que haciendo un grandísimo primer tiempo llevamos a que se viera lo que se vio”. Cabe destacar que más allá del dibujo táctico, lo de Boca en el Monumental fue digno de un equipo sin ambición, en total apenas pateó dos veces al arco y no tuvo ni un corner a favor, datos que muestran que en la cancha solamente hubo un equipo con ganas de ganarlo.
“Ganarle a Boca en el último minuto fue muy fuerte… Terminamos muy superiores el primer tiempo, no en el resultado pero sí desde lo emocional, porque el rival no había pasado la mitad de la cancha. Después hice una gran referencia en el entretiempo a lo que nos había sucedido en Brasil con la tarjeta roja porque teníamos cuatro amonestados, dos de ellos nuestros volantes centrales. Entonces se empezó a notar esa falta de presión o agresividad, y en un momento el rival juntó toques, pero no nos gravitó en absoluto. Cuando miraba el marcador y el reloj y pasaban los minutos me quedaba la sensación de poco con el empate. Quería ganar. Por eso los cambios”, afirmó Micho.
El día después de la derrota en Brasil
“Siempre lo digo: soy entrenador pero también tengo una familia, entonces tengo que tratar de separar. Yo volví de Brasil con todo el dolor que sentía por la derrota e intenté estar lo más calmo posible y me sentí muy respaldado y fuerte desde el interior del club para reponernos enseguida. El análisis que había hecho era que habíamos jugado dos partidos en uno y el primer partido, que había sido muy bueno ,fue hasta el minuto 70. Entonces, me tengo que quedar con eso. Después, analizo los 20’ restantes para no volver a caer en esa equivocación. Pero 11 contra 11 había muchísimas cosas que habíamos hecho bien, con el ADN del equipo, y eso es lo que teníamos que reforzar. Los días posteriores hablamos muchísimo más de los aciertos que de los errores. Nos enfocamos en eso”, dijo Demichelis en relación al día después de la derrota por 5 a 1 ante Fluminense.
La tremenda emoción tras la victoria en el superclásico
“Fueron muchas sensaciones encontradas. Mi primer clásico, mi primer escenario de este nuevo Monumental en un clásico, el estadio colmado desde tres horas antes de que empiece. Son cosas muy fuertes. Ganar en el último minuto es muy fuerte. Es un desahogo. El fervor de la gente desde las tribunas. Yo siempre trato de no aparecer en la foto y no invadir el campo y espero afuera. Pero se superaron todos los límites al ver la felicidad de los chicos. Son muchas sensaciones encontradas por todo: el agradecimiento a la dirigencia que confió en mí después de un proceso muy largo y exitoso, el agradecimiento para con el hincha, que no tengo dudas de que en ese momento de cambio puede pensar “y ahora qué vendrá, y ahora qué pasará”, con ese grado de incertidumbre. Para ellos seguramente era importante nuestra presentación en este partido”, concluyó Martín Demichelis.