Este jueves, el campeón de América visitará a Huracán con el objetivo de revertir la serie y conseguir un boleto a la final de la Copa Sudamericana. Una situación parecida ocurrió en la Libertadores 2015, cuando el Millonario viajó a Belo Horizonte para intentar recuperarse de la derrota que sufrió en el Monumental. Acá, un repaso de las similitudes entre ambos momentos decisivos.
Claramente, este River multicampeón tiene mil virtudes, entre ellas la fortaleza del equipo en situaciones adversas durante los torneos internacionales, tanto de local como de visitante. Desde la llegada de Marcelo Gallardo, El Más Grande no sólo entendió cómo disputar este tipo de competencias, sino que también logró coronarse en cada una de las Copas que disputó, sin siquiera empatar una serie.
Una vez más, este River se encuentra en la antesala de una semifinal de un torneo internacional, pero a diferencia de la mayoría de las llaves anteriores, el Millonario viene de ser derrotado en condición local. En una jugada desafortunada, Cristian Espinoza aprovechó una desatención de Milton Casco en el fondo y sentenció un resultado histórico para Huracán, en Núñez.
¿Lo curioso? Este River ya pasó por una situación similar, precisamente en la Copa Libertadores 2015, donde se consagró campeón luego de 19 años. Tras el ataque químico generado por los hinchas de Boca, La Banda se clasificó a los cuartos de final del certamen, donde enfrentó a Cruzeiro, uno de los máximos verdugos del Más Grande a lo largo de toda su historia.
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En el duelo de ida, los dirigidos por Gallardo se mostraron física y psicológicamente desorientados y, por eso, los brasileños aprovecharon la confusión del Más Grande y triunfaron por 1-0 en el Estadio Monumental. Una semana más tarde, los de Núñez viajaron a Belo Horizonte, ya con la cabeza más despejada, y brindaron una demostración de fútbol nunca antes vista en territorio brasileño. El Millonario jugó, brilló y goleó a un triste Cruzeiro que terminó siendo humillado en el Mineirao, en su propia casa.
Ahora, este River debe volver a demostrar ese amor por el manto sagrado que despierta cada vez que alguien intenta arrebatarle lo que verdaderamante le pertenece. Muchos podrán decir que algunos de los futbolistas que estuvieron en Brasil ya no están o incluso que tanto Gallardo como el plantel solamente piensan en el Mundial de Clubes.
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Pero la esencia de este River no se basa en el futuro, sino en el presente, en llevarse puesto a todo y todos los que tiene por delante. Este jueves, ante Huracán, La Banda tendrá una oportunidad única de volver a clasificarse a una final de un certamen internacional y llegar de la mejor manera a Japón, para conquistar el planeta por segunda vez en la historia del club. Y el hincha confía, porque este River es un equipo que conoce la adversidad.
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