El Millo no la pasaba bien en el segundo tiempo, pero Aguirre la tocó con la mano dentro del área y Alario no perdonó desde los doce pasos. Minutos después, Driussi selló el tercero para mayor tranquilidad y sobre el final Mayada, con una joyita, estampó el 4 a 1.

Lejos de replegarse, Temperley salió a jugar en el Monumental de igual a igual. La primera situación de riesgo fue para el visitante, que llegó al fondo por su sector izquierdo pero no estuvo preciso en el centro final. Tras el susto, River poco a poco fue ganando la posesión de la pelota y se acercó al área rival.

Driussi dispuso de dos bien claras, una después de que Mora se la bajara y otra tras un gran pase atrás de Rojas. En la primera se encontró con el arquero y en la segunda su remate rebotó en la defensa.

A River le faltaba profundidad promediando la etapa inicial. El Pity estaba impreciso y Driussi, el más activo, jugaba lejos del arco. Hasta que a los 38′, Alario presionó la salida del rival, Mora recuperó la pelota y entre los dos armaron se encargaron de que terminara en la red. El uruguayo, una vez más, asistió desde la derecha para el que el Pipa definiera con toda su jerarquía.

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Era el momento de bajar el ritmo, mover la pelota y esperar a que saliera el rival. Sin embargo, no pasó mucho antes de que Guevgeozián encontrara espacios a la espalda de Ponzio y viera llegar a Chimino a la carrera detrás de Casco. Batalla salió a atorar, pero nada pudo hacer ante la espectacular definición del lateral al mejor estilo. Ni Dani Alves se hubiera animado a tanto…

Muy distinta podría haber sido la historia si Temperley concretaba alguna de las tres oportunidades que tuvo en el arranque del complemento. River parecía no reaccionar en esos primeros 5 minutos donde el Gasolero llegó con ataques profundos y punzantes. Osuna, con un remate cruzado, paralizó el corazón de todo el Monumental.

Al equipo le costó acomodarse, pero una vez más le sacó máximo provecho a la presión sobre la salida del rival. Driussi robó en tres cuartos y tocó para el Pity. El remate del 10 rebotó en la mano de Aguirre y Echenique no dudó en señalar el punto del penal. Alario se encargó de cambiarlo por gol con un fuerte remate a su derecha. Aire para River.

Cinco minutos más tarde, River volvió a pegar. Por tercera vez en el partido, la presión dio sus frutos. El Pity fue sobre Chimino, recuperó la pelota y con un pase de caño dejó cara a cara a Driussi con el gol. El goleador del equipo en el campeonato la punteó para sellar el tercero y darle más tranquilidad al Millo, que desde allí ya no volvió a ceder el dominio del partido.

Si bien Batalla debió interceder para tapar un grueso error de la defensa, River controló las acciones a su antojo. Incluso Larrondo, visiblemente falto de fútbol, pudo haber marcado si no le escapaba la pelota tras una enorme jugada personal de Martínez Quarta.

Mayada, con una joyita, selló el resultado a los 43′. Para el final solo quedó la insólita pifia del Pity. No fue como la de Andrade contra Belgrano, pero ahí nomás. Poco importó. River sumó de a tres, le descontó puntos a Boca y ahora irá a La Bombonera con una sola consigna: ganar.

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