Un clásico en Marcelo Gallardo es esperar hasta último momento para confirmar quiénes serán los jugadores que salgan a la cancha y está bien que así sea. En un fútbol que se define por detalles no es una mala estrategia no darle información importante el director técnico del equipo rival. Inclusive en River es aún más importante este aspecto, ya que en los últimos tiempos alternó seguido los esquemas tácticos, los nombres y eso ayuda a desconcertar al entrenador del equipo adversario. Aunque tampoco es una solución mágica, para ganar hay que trabajar, sacrificarse y jugar bien al fútbol, como alguna vez dijo Ramón Díaz.
Si bien el entrenador podría repetir el equipo que jugó la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores en Brasil contra Atlético Paranaense, es decir: Armani; Montiel, Paulo Díaz, Pinola, Casco; Enzo Pérez, Santiago Sosa, Nacho Fernández, De La Cruz; Borré y Matías Suárez. También existe la posibilidad que se integre al equipo Robert Rojas –que viene de convertir dos goles consecutivos en la Copa Diego Maradona– que está teniendo un muy buen nivel y que aportar mucho en los mano a mano y también en la pelota parada. En caso de ingresar el Sicario, saldría del once Santiago Sosa que también viene jugando muy bien. De esta manera el Más Grande podría soltar más a los laterales y defender con Díaz, Rojas y Pinola.
No sería una mala alternativa utilizar el esquema que River utilizó con más frecuencia en el comienzo del año, aporta más variantes para los distintos momentos del partido. En caso de necesitar salir a buscar el triunfo, los laterales prácticamente jugarían como extremos y la defensa quedaría compensada, perode necesitar cuidar el resultado, los laterales se retrasaría y evitarían ataques por los costados –así llegó el gol de Paranaense en la ida- lo que demandaría que la línea de cinco se quede en campo propio.