El Millonario nuevamente empató en la Superliga, donde cuenta partidos por igualdades. Esta vez fue 1-1 ante San Lorenzo, con una actuación de mayor a menor en cuanto al funcionamiento colectivo e individual. Faltó resto físico e inteligencia para los contragolpes.
Una imagen resume todo: el pésimo remate de Gonzalo Martínez al lateral es un fiel resumen del rendimiento desdibujado que tuvo River en la fría noche del Bajo Flores. Lejos del nivel superlativo que mostró hace tres días contra Racing, el Millonario se sintió pobre en lo futbolístico. Exhibió un comienzo interesante gracias a las apariciones de Juan Fernando Quintero, autor de un golazo al estilo de Lionel Messi para que el conjunto de Núñez se fuera en ventaja al descanso. Sin embargo, la segunda parte fue un suplicio hasta que ocurrió lo que se veía venir: el tanto de San Lorenzo, a través de Nicolás Blandi, para el 1-1 definitivo. Otro empate en la Superliga para ambos, dueños de un invicto inútil porque suman apenas cuatro puntos.
Marcelo Gallardo decidió apostar por la continuidad. A excepción del ingreso de Leonardo Ponzio por Enzo Pérez, no hubo cambios. Pero tan sólo cinco minutos bastaron para derrumbar esa búsqueda del DT porque Ignacio Fernández salió lesionado. Así el mendocino regresóa equipo rápidamente para acompañar al capitán en el centro, sosteniendo a Quintero y Exequiel Palacios como volantes por afuera, en la derecha e izquierda, respectivamente. El colombiano supo ponerse al hombro cada avance, aunque nl siempre resolvió con precisión. Aun así, un zurdazo suyo abrió la cuenta.
Las intervenciones a tiempo de la defensa y una gran atajada de Franco Armani hicieron un aporte clave atrás para evitar que San Lorenzo lastimara en distintos momentos. River también tuvo otras posibilidades, pero careció de puntería en los pies de Lucas Pratto y el propio Quintero, líder en la creación. Tras el gol pasaron 33 minutos hasta que el Millonario volvió a rematar: una eternidad que estuvo directamente relacionada a la pérdida de intensidad que poco a poco afectó a los jugadores luego del enorme desgaste físico realizado en la Copa Libertadores. Una muestra de ello es que perdían tanto en las pelotas divididas como a la hora de intentar una salida eficiente, sin lucidez para concretar un contragolpe.
Los ingresos de Rodrigo Mora y el Pity tampoco ofrecieron demasiadas soluciones. Aunque Martínez causó la expulsión de Nicolás Reniero a pocos minutos para el final, River no supo aprovechar la superioridad numérica. Careció de contundencia para filtrar pases en los últimos metros, donde facilitó la tarea de Fabricio Coloccini y compañía. Así el Millonario se fue del Nuevo Gasómetro con un punto que de ninguna manera le sirvió para salir de la parte baja de la tabla de posiciones. Otro empate, otra desilusión, aunque nada opaca la alegría del miércoles pasado.
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