“Equipo que gana, no se toca”. Esa frase es una de las máximas del fútbol, pero de ninguna manera se puede aplicar al estilo que Marcelo Gallardo pretende para River. Aunque el funcionamiento colectivo e individual es fundamental para el técnico, a veces un once inicial puede variar según las características del rival de turno, evaluando virtudes y defectos.
El famoso equipo de memoria no existe en la cabeza del Muñeco. Cada jugador compite permanentemente por sostenerse su lugar entre los once. Por supuesto aquellos que le ofrecen garantías en el tiempo cuentan con mayor respaldo, sobre todo en los momentos decisivos. Pero ni siquiera eso sirve para perpetuarse en la formación.
Para muestra basta un ejemplo: actualmente Lucas Pratto está detrás de Matías Suárez y Rafael Borré. De todas formas, fue titular en el Superclásico pasado porque su capacidad para luchar con los defensores rivales es importante en determinados momentos. Aun así, la realidad netamente futbolística del Oso no está a la par del cordobés ni el colombiano.
Sin embargo, hay excepciones: todo indica que Gallardo repetirá la formación utilizada el sábado pasado en el 4-0 sobre Huracán. Conforme con la tarea de sus dirigidos, el DT optaría por mantener los nombres. Eso de ninguna forma implica que el esquema táctico sea necesariamente el mismo. Hace dos años y medio, cuando River brillaba con Lucas Alario y Sebastián Driussi, el dibujo cambiaba de acuerdo a las necesidades del caso, desorientando a los adversarios.
¿Cuándo fue la última vez que Marcelo repitió la formación? El mes pasado, luego del 6-1 frente a Racing. Satisfecho por el resultado y los argumentos, eligió a los mismos protagonistas para el partido de ida ante Cerro Porteño: 2-0, en Núñez. ¿Los once? Franco Armani; Gonzalo Montiel, Robert Rojas, Lucas Martínez Quarta, Milton Casco; Enzo Pérez; Ignacio Fernández, Exequiel Palacios, Nicolás De La Cruz; Suárez y Borré. A diferencia de aquella ocasión, el único cambio es Javier Pinola por Rojas.