(Mendoza – Enviado especial) Con una actuación sólida y eficiente, tal como en las fases anteriores, el Millonario se impuso 3-0 sobre Deportivo Morón. De esa manera, se clasificó a la instancia decisiva de la Copa Argentina, donde deberá medirse ante Atlético Tucumán.

Aquellos que siempre tienen un pero, un cuestionamiento o envidia dirán que River llegó a la final de la Copa Argentina “sin enfrentarse a nadie”. Si bien es cierto que ninguno de los rivales era candidato al título, la realidad indica que cuando el adversario es inferior hay que superarlo de forma contundente. Y, a la altura de lo que demanda su historia, El Más Grande llegó así a la instancia decisiva del certamen porque sus cinco partidos los ganó por tres goles de diferencia, lejos de pasar sobresaltos fuertes: 3-0 ante Atlas, 4-1 frente a Instituto, 3-0 contra Defensa y Justicia, 4-1 sobre Atlanta y el 3-0 de esta noche a Deportivo Morón. Aunque aparezcan quienes le resten méritos al Millonario, no es culpable de que los demás clubes importantes hayan quedado eliminados.

River aplastó a todos sus contrincantes. Ninguna fórmula alcanzó para detenerlo hasta ahora. Atacarlo fue en vano; defenderse, también. Hasta lo insólito falló en el intento porque las bengalas de los hinchas del Gallo ocultaron un rato el arco, pero enseguida apareció el último grito de la noche. Así es el Millonario cuando está bien, letal, implacable. La resistencia del conjunto de zona oeste duró 39 minutos. Nada mal, aunque insuficiente en para su deseo de hazaña. Tanto esfuerzo del oponente se derrumbó en 180 segundos porque en una abrir y cerrar de ojos, la distancia era de dos goles. Temible, similar a lo que padeció Atlanta tres semanas atrás.

Sin Ignacio Scocco en el nivel habitual, a River igualmente le alcanzó. Es que a falta de un Nacho lúcido, funcionó el otro. Fernández, clave para la salida desde el fondo y autor del 1-0, en offside por más de un metro. Poco después de pifiar en un desborde, tuvo revancha gracias a un centro preciso de Gonzalo Martínez. Morón ni siquiera asimiló el golpe cuando ya estaba 0-2 porque luego de un tiro de esquina rechazado, el mencionado Fernández abrió con Nicolás De La Cruz, responsable del córner, y el uruguayo puso un pase rasante para que Jonatan Maidana resolviera llegando en el segundo palo.

La experiencia traumática de hace 12 días invitaba a la mesura. Marcelo Gallardo y sus dirigidos mantuvieron la guardia en alto. Nadie se relajó ni nada por el estilo. El plan original de Morón se vino abajo porque su 4-4-2 ordenado y firme al principio, no soportó el asedio del Millonario, capaz de hacerle los goles que no pudieron Patronato, San Lorenzo, Unión y Olimpo, sus rivales pasados. Como si fuera poco, Germán Lux está vez respondió en el momento indicado al negarle la única chance clara al Gallo, producto de un remate de Rodrigo Díaz. Los demás intentos murieron en centros o búsquedas de media distancia sin éxito. La segunda parte tuvo menor ritmo en las zonas cercanas a ambas áreas. River evitó desprotegerse. En ese contexto, Leonardo Ponzio fue amo y patrón del medio, con distribución tan clara como precisa e incluso quites espectaculares.

Tan eficiente fue la tarea de River que hasta los cambios dieron sus frutos. Mientras Ariel Rojas aportó su visión táctica, Tomás Andrade asistió al colombiano Rafael Borré para el 3-0 definitivo. La Banda demolió a Morón. Le sacó la ilusión del batacazo. Nuevamente triunfó por tres tantos de diferencia, una sana costumbre. Lleva 11 victorias al hilo incluyendo la edición anterior de la Copa Argentina. Se dio el “lujo” de tener a Scocco en flojo nivel esta noche. Y aún así, es finalista cómodamente. Atlético Tucumán es el último obstáculo en el camino al bicampeonato del trofeo.

+ PUNTAJES: Jugador por Jugador.

+ LA FINAL: River y Atlético Tucumán definirán el título.

+ GOLES: Los tantos en Mendoza.

+ SÍNTESIS: Las estadísticas de la semifinal.

+ FIXTURE: Así sigue la Copa Argentina.