En el primer tiempo del partido entre River y Lanús se vivió un particular episodio al costado de la linea de cal. Nicolás De la Cruz arrastraba un dolor en la pierna derecha hace varios minutos producido por una fuerte patada de Braghieri y la dolencia no le permitía trotar con normalidad ni intervenir en el juego del equipo al 100% de sus capacidades físicas. En un momento, Gallardo le preguntó cómo estaba para seguir al ver que seguía sin terminar de recomponersey la respuesta del uruguayo no le gustó nada al DT, que automáticamente llamó a Barco y lo hizo ingresar.
Camino a sentarse al banco de suplentes, De la Cruz no lo saludó a Gallardo, algo que no suele pasar con ningún futbolista, y se quedó masticando bronca mientras los médicos le ponían hielo en la zona del tobillo de la pierna derecha. “Fue una molestia por el golpe, en un momento pensé que podía seguir, él también“, empezó explicando Gallardo en conferencia sobre la curiosa situación que se dio sobre el minuto 25 de la primera etapa. Porque cuando parecía que el uruguayo había dejado atrás el dolor, el Muñeco lo sacó.
“Fue algo que generó incertidumbre y yo necesitaba que me dé respuestas rápidas. Primero porque no podemos correr riesgos y segundo porque no se puede esperar mucho en estos partidos cerrados. Por eso decidí el cambio rápido para no correr riesgos y tampoco me daba mucha precisión sobre si podía seguir o no. Fue solamente un golpe, esperemos que se recupere bien en estos días“, agregó el Míster sobre los motivos que lo llevaron a reemplazar de forma abrupta al número 11.
Lo que parecía encender unas cuantas alarmas finalmente no es de gravedad y todo quedó en un susto, por lo que el Muñeco espera poder contar con una de sus piezas más importantes para el duelo ante Vélez del miércoles en Liniers, aunque los médicos van a seguir de cerca su evolución en los próximos días.