River tuvo un premio a la insistencia y se impuso 2-1 sobre Emelec para quedar como único líder del Grupo D de la Copa Libertadores. Si bien sufrió durante los últimos segundos, fue superior y ganó de manera merecida por lo hecho en el balance general.

La perseverancia dio resultado porque River alcanzó el triunfo que tanto buscó frente a Emelec. Pese a que no brilló, siempre manejó el desarrollo del encuentro, ejerció el protagonismo con naturalidad y nunca perdió la paciencia para hallar los espacios necesarios. Sin embargo, hubo imprecisiones que le causaron problemas en los metros finales para lastimar hasta que el ingreso de Juan Fernando Quintero aportó la dosis justa de inteligencia y entrega fina para que Lucas Pratto pudiera abrir la cuenta. Más tarde llegó el golazo de Gonzalo Martínez y, aunque Ayrton Preciado logró el descuento, los tres puntos se quedaron en Núñez para que el Millonario dejara atrás en la tabla de posiciones a Flamengo.

Con nueve victorias en sus últimos diez partidos oficiales, River se transformó en un equipo ganador. Está claro que todavía tiene mucho para crecer porque su techo futbolístico está lejos, pero el conjunto funciona como tal. Es solidario en la recuperación, se compromete en la elaboración y cada vez exhibe una mejor circulación, con mayor sencillez en la zona del medio campo. Mantiene una intensidad y comenzó a mostrar un funcionamiento aceitado en materia de movimientos, más allá de que a veces existen falencias en la ejecución de las acciones. Aun así, la principal virtud de este River es que generalmente suele ser superior con relación a sus rivales de turno.

Para comprender el triunfo de esta noche es necesario hacer hincapié en la insistencia del Más Grande para desgastar la resistencia de Emelec. Buscó y buscó, demolió poco a poco la fortaleza visitante hasta derrumbarla. El gol de Pratto generó espacios y, a partir de ahí, las posibilidades se presentaron por decantación. De todas formas, existió un momento bisagra: cuando el club ecuatoriano desaprovechó la chance para llegar al 1-1 parcial, surgió el contragolpe que sirvió para que el Pity picara la pelota por encima del arquero. Rafael Borré y compañía no tuvieron la suficiente puntería para sacar una ventaja más abultada, Preciado achicó la distancia, pero las tres unidades permanecieron en el Monumental para que River no sólo escalara en la tabla, sino que también se pusiera a un paso de la clasificación a octavos de final.

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