Lucas Pratto era apenas un joven delantero con mucha ilusión de llegar a triunfar en Primera División. Y allá por el año 2006, cuando integraba las Divisiones Inferiores del eterno rival (todo el mundo lo sabe), no era precisamente un Oso. ¿Por qué?Porque el apodo del delantero estrella de River no ha sido el primer sobrenombre que tuvo en su carerra.

El Camello Pratto jugando en Lyn Oslo, de Noruega.

El diario Olé, en aquel momento, realizó una nota en la que lo apodó “el Flaco”. Sí, “el Flaco”. ¿Se imaginan hoy en día nombrándolo como “el Flaco Pratto”? No lo creemos.Sin embargo, con el paso del tiempo sus apodos fueron mutando.

Por ejemplo, cuando emigró de la vereda de enfrente para buscar suerte en Tigre y hasta en un equipo de Noruega (jugó en el Lyn Oslo),la forma de llamar a Lucas Pratto mutó. Sí, una vez más. No fue sino hasta su llegada al fútbol chileno cuando se estableció su nueva marca registrada:el Camello.

Pero a Lucas este apodo no le gustaba,de hecho así lo llamaban en Vélez cuando regresó al fútbol argentino allá por el año 2012. Y fue en El Fortín, precisamente, que adoptó el apodo que ostenta hasta el día de hoy:Oso. Probablemente, la mutación de sobrenombres haya terminado aquí, yel Modo Oso permanezca para toda la vida.