Aunque la pandemia no permite los entrenamientos grupales, Marcelo Gallardo y todo el equipo de trabajo de Riverbusca darle herramientas a las Inferiores para que se puedan seguir formando.En este caso,idearon una serie de talleres para que los juvenilespuedan charlar con los jugadores experimentados de Primera y así, lograr tener un aprendizaje.

Luego de Javier Pinolay Rafael Borré, el terceroen realizar su clase fue Ignacio Fernández. El volanteexplicócómo fueron sus inicios en el mundo del fútbol y que le costó encontrar su nivel para comenzar a resaltar. “Al principio de mi carrera me tocó cambiar de equipos y no tener mucha continuidad. Pero nunca dejé de creer en mí y de trabajar fuerte para poder conseguir cosas. Muchas veces uno no quiere cambiar de club y es entendible, pero si no te llega la oportunidad a veces hay que tomar una decisión para empezar a mostrarse. Yo siempre demostré que quería jugar, pero si además de eso no trabajas duro o no entrenás bien, a la larga tampoco jugás”, explicó Nacho.

La charla de Fernández duró aproximadamente una hora y 40 minutos donde hubo cerca de 75 personas. Una de las curiosidades es que Matías Gallardo, hijo del Muñeco, estuvo presente escuchando atentamente a Nacho. “Cuando llegué a River lo que más me costó fue adaptarme al ritmo, a la intensidad de los entrenamientos.También me costaba encontrar mi lugar en la cancha. Me fueron ayudando para convencerme de que podía hacer ciertas cosas. Tiene mucha importancia que te convenzan y te ayuden para que hagas lo correcto”, reveló el mediocampista.

Entre los oyentes estaba Matías Gallardo, uno de los hijos del Muñeco.

Además, explicó la función clave que deben cumplir en una zona clave de la cancha:“Los volantes tienen que ser pacientes y desarrollar la lectura de juego tanto en los movimientos propios como en los del rival.Muchas veces es más importante un movimiento de alguien que no tiene la pelota que de el que la tiene. No importa si tocas poco la pelota, sino que cuando lo hagas sea productivo. El pase firme y una buena recepción son fundamentales”.

Para cerrar, intentó mandar un mensaje de humildad y simpleza a los chicos que lo escuchaban atentamente. “Tener sacrificio más allá de ser un buen jugador, ayuda al equipo. También el convencimiento y la comunicación son importantes a la hora de presionar, mas allá de quien tome la decisión de hacerlo. Uno tiene libertades pero cuando se pierde la pelota cada uno tiene sus responsabilidades”, cerró Nacho.