“Cambia, todo cambia”, como enuncia la canción de Mercedes Sosa y sino pregúntenselo a Enzo Fernández y Julián Álvarez, que en 365 días pasaron de jugar una final con River en el Estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero a disputar el partido decisivo de la mismísima Copa del Mundo frente a Francia en Doha. Casi en un abrir y cerrar de ojos, los ex jugadores de River se metieron en los primeros planos del fútbol europeo y acapararon toda la atención en la Selección Argentina.

Este 18 de diciembre se cumplirá un año del triunfo 4-0 de River sobre Colón por el Trofeo de Campeones, el que terminó resultado el último título de Marcelo Gallardo en el club. Y este 18 de diciembre la Scaloneta buscará quedarse con el Mundial de Qatar en el Estadio Lusail. En ambos partidos se repiten dos protagonistas: Enzo y Julián, cuyas vidas sufrieron un giro tremendo en pocos meses.

Por ese entonces, Julián ya era un depredador en el área rival. Venía de un año superlativo, haciendo goles de todo tipo en la Liga Profesional que terminó consagrando al Millonario, y la frutillita del postre fue el doblete ante el Sabalero en Santiago del Estero. Después de las vacaciones y en pleno mercado de pases de verano, se cerró su venta al Manchester City que terminaría cristalizándose recién en junio de 2022 con la eliminación del Millo de la Copa Libertadores a manos de Vélez.

Un hecho que revuelve las tripas aún de varios hinchas. Si River ganaba esa llave y accedía a cuartos de final, quizás Enzo y Julián nunca hubiesen triunfado en Europa. O mejor dicho, su irrupción se hubiera postergado para fin de año y probablemente les hubiese costado meterse en la lista mundialista de Lionel Scaloni, porque el sprint final que tuvieron en Benfica y Manchester City fue lo que les terminó asegurando el lugar en la nómina.

La subida en la curva de Enzo Fernández, por su parte, fue aún mayor. De regresar de Defensa y Justicia a mediados de 2021 a firmar en Benfica con una cláusula de 120 millones de euros en tan solo un año. Fue tal el nivel que mostró Enzo en la mitad de la cancha de ese equipo maravilloso de Gallardo que no hubo manera de retenerlo. Y sus socios fueron mutando: Palavecino, Enzo Pérez, Zuculini, Juanfer, entre otros. Logró sobresalir por encima de esquemas y nombres.

El segundo semestre de 2022 fue soñado para ambos. La Araña insertándose en la idea de juego de Pep Guardiola como si nada, generando una dupla temible con Erling Haaland y haciendo goles en todos los campeonatos que disputaron los Citizens (Community Shield, Champions League, Premier League, etc). Enzo, por quien el DT del Benfica insistió y mucho, se adueñó del equipo en un puñado de partidos. Ya en los amistosos fue titular y empezó a dictar el ritmo de juego a su antojo, a tal punto de que hoy se lo disputan Liverpool y Real Madrid.

Hoy los dos están ante una oportunidad única de ser campeones del mundo con solo 21 y 22 años respectivamente. Ambos son motivo de orgullo para todos los hinchas de River y aún más para Marcelo Gallardo, el maestro que los formó y los hizo ser en gran parte lo que son hoy. Pase lo que pase el domingo, ya dejaron una huella inmensa en la Selección y la noticia más gratificante es que aún no tocaron su techo. Queda mucho por disfrutar de ellos y a donde quiera que vayan, habrá un simpatizante millonario siguiéndolos.