La final única de la Copa Libertadores se siente en Perú. Dos pantallas en la zona de migraciones del aeropuerto Jorge Chávez dejan en claro el orgullo que implica albergar semejante acontecimiento deportivo. A pocos metros, más de 100 hinchas de River y otros tantos de Flamengo protagonizan el primer duelo de canciones antes del partido.

La final de la Libertadores se vive desde que el público llega al aeropuerto.

En el pasillo previo a la parte donde se realizan los trámites empieza el show. Los simpatizantes del Mengao aprovechan que llegaron en mayor número a ese tramo, pero inmediatamente aparecen los hinchas del Millonario que arriban desde Salta.“Y dale alegría, alegría, alegría a mi corazón, la Copa Libertadores es mi obsesión”, se hace sentir la gente de River. Enseguida surge con mayor fuerza un viejo hit: “Vamos, campeón, vamo’ a ganar, donde jugués vamos a estar, cuando mirés para el tablón vamos a estar siempre con vos”.

La fiesta pasaba a ser del Más Grande hasta que un empleado local intercedió para frenar tanta euforia junta. “Esto es Migraciones, acá no se puede hacer bulla”, exigió. Luego de eso hubo sonrisas pícaras de un lado y del otro, con alguna broma al pasar mientras el recorrido de las cintas presumía una extensa fila para formalizar el arribo a Perú, donde 20 grados y un cielo nublado dieron la bienvenida a dos días de la final de la Libertadores.

Los hinchas del Más Grande, esperando para que le sellen el pasaporte.